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Mostrando entradas de 2014

El paseo

¡Lo pasé bomba en mi pijama Party! y debo confesar que no tenía ninguna gana de volver a mi casa ¿la verdad? es más entretenido vivir rodeada de niños que corren de un lado para otro, que convivir con un par de viejas lateras y que ya me conozco de memoria.   El viernes partí a alojar con mi mamá a Santiago y luego de un viaje relativamente corto, llegamos a la casa de la Mila como a las 4 de la tarde. Durante el camino me porté bien; me fui tranquila en el asiento de atrás escuchando lo que la abuela y la Conqui iban conversando, a veces metía la cuchara y soltaba un miau participativo para que no se fueran a olvidar de mí.  Nos demoramos poco, algo memos de hora y media ¡nada que ver con el viaje desde Puerto Varas a Viña! y entre subidas y bajadas del camino se hizo de noche y de día dos veces: según la Conqui no es que se escondiera el sol y volviera a salir, si no que entramos a unas cosas que se llaman túneles y sirven para acortar camino… ¡podrían hacer un túnel para demora

Pijama Party

¡Que nervios! ¡Mañana tengo mi primer pijama party! Resulta que mi prima Mila me mandó un mail invitándome a alojar en su casa ¡y mi mamá me dio permiso! Nos vamos a ir mañana y ¡todavía no preparo la maleta! Tengo que llevar mi maletita con el chal, mis crunchi crunchi y el ñam ñam, mis platitos para el agua y la comida, el tenedor del ñam ñam, un par de juguetes para no aburrirme en el auto y mi cantorita con arena ¡espero que no se me olvide nada! y que mi mamá no tenga que llevar tantas cosas porque si no, no vamos a caber en el auto, aunque después de ver todo lo que nos trajimos de Puerto Varas creo que la Conqui hace magia cuando de cargar el auto se trata. Después de mi viaje el año pasado desde Puerto Varas a Viña, esta será la primera vez que voy a andar tanto rato en auto, aunque dice mi mamá que es cortito, hora y media con suerte. Lo que sí, parece que Santiago (dónde vive la Mila) es muy pero muuuuuy grande y la Conqui dice que no puedo moverme de su lado porque me p

Maniobra de Heimlich

Lo confieso: he estado ociosa los últimos días, pero tengo una excusa muy buena, y es que… naaaaa, no tengo excusa posible; me podría inventar alguna, pero si algo me ha enseñado mi mamá es que mentir es malo y que uno siempre debe asumir la consecuencia de sus actos, sobre todo cuando ha metido la pata, y ella sí que sabe de meter la pata ¡si yo les contara! ¿Saben cuál fue la última? ¡Ponerle demasiado peperoncciono a la carbonada! Vieran como tosía mi abuela cuando la probó por primera vez… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! hacía la pobre vieja mientras los ojitos se le ponían brillantes tratando de retar a mi mamá por lo picante de la comida. Cómo sería el escándalo que yo estaba en el cerro e igual escuché todo el barullo y volví corriendo a la casa para ver que estaba pasando y si podía ayudar en algo, no sé, tal vez haciéndole la maniobra de Heimlich a la veterana ¡y no se rían! es tan flaquita la señora que estoy segura que si agarro vuelo y salto sobre sus pulmones, cualquier cosa que estuvi

De barómetros y patos

Según mi mamá yo soy el mejor barómetro de la casa porque cuándo yo no salgo a cuidar mi árbol y prefiero quedarme durmiendo en su cama hecha pelotita, viene lluvia ¿y saben qué? tiene toda la razón, porque aunque yo no sea uno de esos cachirulos que miden la presión atmosférica, con la sensibilidad de mis bigotes funciono igual que un barómetro. Yo sé que viene el buen tiempo cuándo los siento ligeros y apuntan para arriba, en cambio, cuándo va a llover, enseguida se ponen más pesados y sus puntas miran al suelo ¿ven que fácil? ningún misterio, simple observación… y hablando de observación: hoy estuve viendo vídeos con mi mamá y encontré uno, que si debo ser sincera, me tinca tiene algún truco porque es demasiado distorsionado, no sé, capaz que mi abuela le haya pagado a alguien para que yo deje de soñar con comer pajaritos… Díganme ahora que lo vieron ¿de verdad creen que mamá gata no se comió a los patitos? Sean sinceros ¿verdad que es raro? Parece montaje y de ser

De manicuras y paseos con lluvia

Hay algunas cosas bien raras que hacen los humanos, o al menos que hace mi mamá, la verdad qué no sé si las harán todos los humanos ¡espero que el resto no esté tan loco como ella! Por ejemplo hoy ¡se hizo la manicura! Y no, no me miren raro por usar esa palabra rara, confieso que yo no sabía lo que era hasta hoy día que la Conqui salió en la mañana sin decirme a dónde iba, pero cuando volvió yo la miré con cara de “¿dónde estuviste?” y tuvo que responderme: “me fui a hacer la manicure” ¡Jo! Quedé marcando ocupado ¡esa manía de usar palabras raras! Al tiro tuve que ponerme a investigar de qué iba la cosa, y supe que manicure es una palabra de origen vaya a saber uno dónde (dice mi mamá que es francesa pero tengo mis dudas) y que lo correcto en español es manicura por mucho que la siútica de mi mamá use la otra palabreja. La manicura humana es diferente a la de los gatitos porque yo con un par de scratch scratch en la alfombra o en la silla, quedo lista, pero mi mamá no hace scratc

De zorzales y trabajo

¡Hasta que lo logré! después de un año viviendo con mi abuela ¡finalmente hoy la escuché decir que tengo permiso para comerme un pajarito! o varios, depende de mi suerte. Eso sí: tienen que ser todos de la misma marca: zorzales.  Ustedes se preguntarán cómo es que ocurrió este milagro, bue, yo les voy a contar… Todas las mañanas yo me levanto corriendo apenas siento a mi abuela moverse en su cama, y bajo con ella a la cocina para acompañarla mientras prepara el desayuno; ella saca tazas y pone platos, mientras, yo me siento en el vano de la ventana a observar el jardín, después de un rato me paro delante de la puerta y ella me abre para que pueda salir a dar un par de vueltas, subo y bajo por mi árbol, controlo que todo esté en orden y vuelvo a entrar.  En las mañanas generalmente hay un par de zorzales que se dedican a picotear mi pasto buscando gusanitos, caminan dando saltitos, mueven su cabeza oyendo lo que ocurre debajo de la tierra y siempre están con un ojo atento puest

La escalera en el árbol

Después de la lluvia, muchas hojitas y ramas cayeron al jardín, así que hoy, aprovechando el sol, la Conqui se puso a limpiar y ordenar: barrió hojas, cortó ramas ¡y se subió a mi árbol! claro que ella no tiene mi agilidad y mucho menos mis garras para afirmarse al tronco e impulsarse ramas arriba, así que usó una escalera, y hoy descubrí finalmente para servían ese par de palos largos con unos travesaños atravesados que, al menos hasta esta tarde, sólo había visto que los usaban para decorar la pared de la bodega. Confieso que no le había prestado mayor atención a la escalera, a lo más un par de oliscadas ociosas cuando ando con ganas de hacer rabiar a mi abuela o a mi mamá, como una forma de hacer hora demorando mi entrada a la casa cuando alguna de las dos me llama… Ya saben ¿verdad? los gatitos hacemos caso cuando queremos nosotros, y si obedecemos, lo hacemos de manera tal que no se nota que estamos obedeciendo. Pero retomo el tema: hoy descubrí la utilidad de las escaleras

De lluvias y mangueras

¡Se mueren como llovió ayer! casi casi que me sentí de vuelta en el sur ¿saben? echaba de menos el ruido de la lluvia en el techo de la casa, ya estaba aburrida de tanto ver salir agua por el agujero de una cosa plástica que, según mi mamá, se llama manguera ¿la conocen ustedes? es de las cosas raras que usan los humanos, aún no logro entender su utilidad. Mi mamá dice que es para regar el jardín, y que eso –regar– es necesario ya que aquí no llueve como en Puerto Varas por lo que si no riegan las plantas, no crecerían y terminarían por secarse y morir … No sé yo, me gusta más cuando el agua cae del cielo y no de una cosa plástica. ¿Saben? si yo fuera planta me negaría a crecer por el mero echo de tener que tomar agua con gusto a cloro y plástico, además que es raro eso de que te apunten con la manguera y ¡zas! te mojaron; el agua que te llega no se siente igual que cuando te moja la lluvia, como que empuja más ¡hasta te puedes caer del árbol! Dice mi mamá que eso pasa por la presión

Las castañas con la mano del gato

Los humanos después de hacer ñam ñam tienen la costumbre de comer una cosa que se llama postre y suele ser dulce (seguro que por eso se les pican los dientes). Ustedes se estarán preguntando ¿y a pito de qué la Melí saca el postre al tapete? Bue, resulta que de postre hoy mi abuela se comió unas castañas que le regaló la mamá de la Mila, y cuando estaba abriendo el frasco le dijo a mi mamá “trae a la Melí para que saque las castañas”, a lo que la Conqui le respondió “vieja fome”; debo decir que yo no entendí nada, no supe a qué se refería mi abuela ni que relación tenía yo con eso del postre ¡y mucho menos con las castañas! Así que después de almuerzo, y aprovechando que afuera hace frío, le pedí a prestado el computador a mi mamá para investigar qué había querido decir mi abuela. Eso sí: que conste en acta que le pedí a mi mamá que me explicara todo el entuerto, pero me respondió que ella quería dormir siesta, que la abuela se había referido a un refrán y que como yo estaba grande po

3 copuchas y 1 comentario

Vamos con las copuchas primero... ¡El papá de la Mila salió en la televisión! ¡Y dos veces! Casi casi que la envidio porque ella tiene papá y yo no, y más encima debe ser importante para que salgan entrevistándolo en la tele. Mi mamá lo vio anoche y me dijo que en el traje que uso para la entrevista se notaban los pelos de la Mila, así que yo me pregunto… ¿eso quiere decir que mi prima también salió en la tele o los puros pelos no cuentan? En todo caso se veían lindos sus pelos rubios sobre el traje oscuro, le daban un toque “cachual” súper dominguero que ojalá mi tío supiera apreciar en vez de andar reclamando por la vida contra los pelos de su hija  cuadrúpeda. Hoy ando en la buena con mi abuela, por mucho que me tire la cola debo reconocer que a veces tiene algunas ideas brillantes que van en directo beneficio mío ¿la última? ¡Calentarme mi ñam ñam! Resulta que mi mamá a la hora de almuerzo me da un tercio de mi latita con paté de salmón y lo que sobra lo guarda en un envas

Un regalo y 5 razones

Mi mamá me enseñó que cuando a uno le hacen un regalo, es de gatita bien educada agradecerlo siempre, sin importar que a uno le haya gustado o no ya que según ella el mero acto de regalar algo implica que esa persona estuvo pensando en nosotros ¿a cuento de qué digo esto? Bue, resulta que ayer le mandé a mi prima 3 libros de regalo y hasta ahora no he recibido ni siquiera una línea diciendo “gracias Melí”.  No quiero enojarme con ella así que voy a buscar razones por las que no me haya dicho nada, a ver que piense…  - Mi regalo no le llegó: no es justificación porque su mamá sabía que yo le mandé los libros así que si no hubieran llegado me podría haber dicho para volvérselos a mandar.  - A su mamá se le olvidó decirle que yo le mandé regalo: no es justificación porque mi mamá le aviso también a sus tres hermanas que yo le había enviado los libros. Te creo una persona cabeza de pollo que se olvide de dar los recados ¿¡pero cuatro?! Cuatro me parece un poco exagerado. Y ade

Un par de chistes

Hoy me retaron por la maldad que le hice ayer a mi abuela, me dijeron que era una egoísta y que si la viejuja se resfriaba iba a ser mi culpa ¿pero saben qué? ¡Nada que ver! Si la señora se resfría será culpa de ella que no le da permiso a mi mamá para que me instale una de esas puertas batientes para gatitos ¡sería tan fácil! Perfectamente la podrían instalar en la puerta que da al lavadero y así yo no tendría que depender de ellas para entrar y salir de la casa a mi antojo ¡así que cuidadito con achacarme culpas que no me corresponde! ¿Estamos claros? ¿Saben qué? Creo que con tanta marcha que andan haciendo por aquí y por allá es una muy buena opción que yo organice mi propia marcha para exigir la puerta batiente ¡porque todos los gatitos tenemos derecho a circular libremente! ¡Basta de fronteras! ¡Basta de limitaciones! ¡Puerta para todos! ¡Gatos del mundo unidos jamás seremos vencidos!..  Hay que ver las cosas que se me ocurren cuando no salgo de la casa ¿la verdad? me he pa

De llegadas tarde y venganzas

Hoy llegue tarde a cacería matinal, eso me pasa por convivir con un par de flojas que se niegan a levantarse cuando yo les digo ¿no sabrán que los pajaritos son madrugadores y que la mejor hora para pillarlos distraídos es cuando recién se despiertan muertos de hambre? Si, porque es ahí cuando bajan la guardia y yo puedo aprovechar de caerles encima, justo cuando están felices de la vida picoteando las semillitas que cayeron al suelo junto al rocío ¡zas! aparezco yo de sopetón y ñam ñam ¡pajarito para el desayuno! pero claro, con el par de flojas que me tocó, difícil llegar a buena hora. Lo de cazar apenas empieza a despuntar el día es sabido por todos los gatos del barrio, y también lo deben de saber los humanos que viven con ellos y les abren la puerta a la hora correcta, y si los bípedos (eso quiere decir que tienen dos piernas no que se tiren dos pedos) no lo saben, al menos son más madrugadores que mi abuela y la Conqui así que igual los dejan salir cosa que puedan llegar en

Palito pa'l puente

¡Me llegó una copucha sabrosa! Es sobre la Mila, mi prima border ¿saben lo que SU mamá anda diciendo de ella? Dice que le falta un palito para el puente!!!!! Confieso que no tengo muy claro eso del palito para el puente, pero por como se rió mi abuela cuando mi tía se lo dijo, me tinca que no debe nada muy bueno, sobre todo cuando la escuché decir “no te preocupes, no le diré nada a la Melí de que andas diciendo que a la Mila le falta un palito para el puente” y si no quieren que yo me entere ¡por algo será! ¿O no? Claro, lo que ellas no sabían es que yo estaba escuchando todo detrás de la puerta, pero así fue, así que la viejuja puede estar tranquila de que ella a mí, no me dijo nada.  Que yo me esconda para escuchar conversaciones telefónicas o que la veterana hable a gritos, ya es otro tema que no viene al caso discutir ahora sobre lo que puede ser correcto o no de hacer según los cánones humanos, además, igual me habría enterado ya que las gatitas tenemos el oído súper des

El no castigo

Estoy enojada con mi mamá ¿me puede creer que hoy se desapareció todo el día y más encima llegó a la casa con olor a perrito? Fea la actitud, sobre todo teniendo en cuenta que anoche yo me porté súper bien y la regalonié harto, cómo habrá sido que sin que ella tuviera que levantarse a buscarme llegué solita a meterme al hueco de su brazo y, mientras ella me acariciaba, ronroneé todo el rato que la estuve amasando ¿que más muestras de amor quería? Eso sí, debo confesar que lo hice porque tenía la conciencia algo intranquila luego de haber salido detrás de la Pelusa… Ayer, a la hora del té, yo estaba tranquilamente mirando el mundo pasar detrás de la ventana cuando ¡zas! veo pasar a la Pelusa muy de cola parada por mi muro rumbo al cerro ¡al tiro quise salir a corretearla! Empecé a rechinar los dientes mientras movía mi colita a 1.000 por hora, y cuando mi mamá se dio cuenta de lo que estaba pasando fue tan buena onda que bajó a abrirme la puerta para que yo saliera; eso sí, antes m

Día de cocina

Un comentario nada que ver: tengo que hacer más scrach scrach en el árbol porque tengo las uñitas largas y me está costando eso de teclear oye, a lo mejor me las podría morder como hace mi mamá, pero no me tinca mucho la idea porque después se ven feas. ¡Huy! Hablando de scrach scrach me acordé que descubrí algo maravilloso para mis uñas, se lo recomiendo a todos los gatitos preocupados de tener unas garras lindas y afiladas como las mías, únicamente necesitan una silla de totora y ganas de afilarse las uñas; la cara de poker cuando alguien las sorprenda haciéndose la manicure ahí, es opcional. Lo de la cara de poker lo digo ya que existe un alto porcentaje de probabilidades que las reten, porque las humanas no acostumbran a afilarse las uñas en la totora y prefieren usar una cosa dura que se llama lima, pero a mi eso me da grima.  Pero dejémonos de frivolidades y vamos a cosas más prácticas: hoy me entretuve toda la mañana molestando a mi abuela y a mi mamá al mismo tiempo, lo qu

¡La colita es mia!

¡Jo! Menudo día ¿saben como lo empecé? ¡Con mi abuela cazándome la colita en la puerta! ¿Lo pueden creer? Vieja pajarona, eso le pasa por andar siempre apurada, corriendo de un lado a otro con la boca abierta en vez de atender mis necesidades cómo se debe. Espérate no más que pille sólo el chaleco que está tejiendo ¡uno a uno le voy a sacar los puntos con mis uñitas! En la mañana partimos bien. Como siempre, desperté a mi abuela saltando arriba de su guata para que se levantara a darme mis crunchi crunchis, y funcionó. El problema vino después del desayuno, cuando subimos a hacer su cama y yo quise salir a la terraza, pero apenas asomé la nariz me dio frío y preferí entrarme, y claro, abre puerta, cierra puerta, abre puerta y ¡zas! En el siguiente cierra puerta la viejuja pilló mi colita. Confieso que fue despacio, ni siquiera me dio para hacer un miau lastimero, pero al ver su cara compungida decidí sacarle partido a la situación, por lo que puse mi mejor cara de drama y partí dó

21 de mayo y la pelotita de lana

Hoy es 21 de mayo y aunque no tengo muy claro porque es importante, mi mamá dice que es muy importante. Algo me explicó de que se conmemora una cosa que se llama combate Naval de Iquique. Se supone que  un día cómo hoy perohace muuuuchos años atrás un señor saltó de un bote a otro bote gritando “al abordaje” y después de eso al señor lo mataron y lo hicieron héroe aunque se haya ido al fondo del mar con bote y todo. ¿La verdad? raro que celebren eso, tan raro como esa costumbre humana de las guerras; no entiendo esa manía de andar agarrándose a balazos por quítame esas pajas, más encima, los jefes de las manadas humanas son unos cobardes que mandan a otros a pelear en vez de ir ellos. Deberían aprender de animales: el jefe de la manada siempre da la cara por nosotros y es quién pelea con otro jefe, nada de andar mandando a nadie a hacer el trabajo sucio. Hoy el día amaneció frío y con lluvia, y mi mamá se quedó metida en la cama con la tele prendida; cuando le pregunté que estaba

La bosca, el pretendiente y la Pelusa

De lo más invernal el día, me recordó la época cuando vivía en el sur con mi mamá y ella se pasaba todo el día metiéndole palos a la bosca. Me gustaba mucho el olor a leña y lluvia, aunque debo decir que a veces –por no decir que casi siempre– mi mamá dejaba la casa pasada a humo al tratar de prender la estufa ¡y vieran la de palabrotas que decía cuando eso pasaba! ha sido un buen ejemplo, de ella aprendí el huevón y varias más que no salen en el diccionario. Sí, lo confieso, ayer seguí buscando palabras y después de “gato”, “huevón” fue mi siguiente búsqueda ¿y saben qué? ¡aparece! dice que significa peresozo e imbecil… ¡Huy! ¡imbecil! ese se supone que es otro garabato y según mi abuela no lo puedo decir porque las gatitas lindas no dicen palabras feas, pero creo que ella está equivocada porque sale en el diccionario así que no debe ser tan fea ¿o no? ¡Bah! hay que ver las tonteras que se me ocurren cuando no me dejan salir al jardín ¡al menos me podrían dejar una puerta abierta! Eso

¿Digi qué? Digitígrados

Mi mamá está convencida que va a publicar un libro, así que todos los días se sienta delante de su computador mirando la pantalla por horas con la misma cara que pongo yo cuando me siento a en el jardín a cazar musarañas; muchas veces, cuando lleva una hora larga sin teclear nada, agarra un diccionario y se pone a dar vueltas sus páginas la muy ociosa. Ella dice que busca palabras, yo digo que pierde el tiempo, pero sin importar lo que digamos ella o yo, en una asunto estamos de acuerdo… ¡pucha que inventan cosas raras los humanos! No puedo dejar de preguntarme quién habrá sido el ocioso que tuvo la idea del diccionario, debe haber sido una persona bien peculiar porque mira que ponerse a buscar y reunir palabras que no conocía… ¡eso sí es ser ocioso!  La primera vez que vi a mi mamá jugar con el diccionario, me senté a su lado con cara de pregunta, y antes de que yo dijera un sólo miau, ella solita me empezó a explicar que en ese libro aparecía el significado de todas las palabras

Juego nuevo

¡Joder! Y hasta que mi mamá soltó el computador y pude pescarlo yo. No entiendo esa cosa de ver películas ¿me pueden creer que se pasó casi 3 horas pegada a la pantalla viendo no sé que historia de una mujer que fue Papa ? Y no pregunten que es eso de “Papa” porque con suerte conozco a un papá con acento –el de la Mila– y debo decir que me pareció bastante ruidoso el caballero ¡vieran los flatos que se tiraba el cochino! Eso de cochino lo digo porque cada vez que mi mamá hace lo mismo, mi abuela grita “¡Conqui! ¡Cochina! Eso no se hace” pero la verdad, la verdad, no sé que tan cochino será porque por más que he tratado de hacer el mismo ruido, no me resulta ¿la razón? ni idea, imagino que debe ser por el mismo motivo que si yo no me puedo flatear, mi mamá no puede ronronear por más que trate: los gatitos ronroneamos y los humanos se flatean (punes nos tiramos todos en esta casa). Bue, a lo mío… ¡tengo juguete nuevo! Es algo muuuuy entretenido que mi mamá más de una vez me había of

Una de palomas

Nada emocionante por estos días: ni gatos intrusos, ni visitas escandalosas y muchos menos –por suerte– idas al veterinario. Casi casi se podría decir que he llegado a un estado zen dónde la paz me hace ignorar a los pajaritos que pasan en vuelo rasante por sobre mi cabeza… Ok, me pillaron ¡jamás voy a ignorar a los pajaritos! Y muchos menos si pasan a menos de un palmo de mis narices, y eso es lo que ocurrió ayer en la mañana cuando estaba sentada en la terraza de mi abuela. El día había amanecido soleado pero algo frío, y aunque tenía ganas de seguir remoloneando en la cama, poco después de las 8 ya había hecho mi primera ronda por el jardín controlando que todo estuviera en orden. Mi abuela, la Conqui y yo habíamos desayunado y estábamos de vuelta en el segundo piso preparándonos para hacer andar el día. Mientras mi mamá se duchaba, su mamá hacía la cama. Luego de vigilar un rato en el baño a la Conqui, me fui a controlar a la vieja en la hechura de cama; como siempre, traté de

Los gatos no somos héroes: hacemos lo correcto

No entiendo a que viene tanto revuelo y sorpresa por el gato que espantó a un perro cuando mordía a un niño, sólo me lo explico por lo poco que los humanos nos conocen, lo que se justifica al saber que los gatos somos el último animal “domesticado” por el hombre. Y escribo domesticado entre comillas porque si bien ellos creen que nos mandan, nosotros sabemos que somos nosotros quienes lo hacemos, y si no lo creen, consíganse que algún gato vaya a vivir con ustedes y verán como en un par de días bailarán al ritmo que mi congénere marque ¿son las 12 de la noche y micifuz quiere comer? No hay problema, un par de miaus y el humano se levantará diligentemente a satisfacer sus deseos ¿gatito quiere salir y la puerta está cerrada? Un par arañazos en la puerta y la mascota humana corre a abrir… ¿gatito quiere entrar? ¡no hay problema! Ahí está pronto su pseudo amo para abrirle la puerta mientras el rey (o reina) de la casa entra majestuosamente mientras marca el ritmo de sus pasos con un movi

Lindo el parcito

Después de estar casi dos semanas siempre acompañada, hoy, finalmente ¡me dejaron sola! No lo podía creer, toda la casa para mí sin que nadie me dijera “Melí sal de ahí”, “Melí ven para acá”, “¿dónde estás Melí?”, Melí esto, Melí aquello, Melí, Melí, Melí… Ya sé que tengo un lindo nombre pero a veces ¡que obsesión les baja con llamarme constantemente!  Es interesante ver como interactúan los humanos entre sí; cuando estoy sola en la casa con mi mamá o mi abuela me dejan tranquila y cada una hace su vida, pero cuando estamos las tres ¡hay que ver como me hinchan las que no tengo! (pelotas, para los cortos de entendederas), es como si tuvieran competencia por ver a quién le presto más atención, pero sin el “como”. “¿La Melí está contigo?” pregunta mi abuela, y como mi mamá responda que sí, que estoy con ella, no pasan ni 30 segundos para que la vieja llegue a meter su nariz a ver qué estamos haciendo, y como me pille durmiendo relajada en la cama de mi mamá o regaloneando con el

Así con el ratón que ladra

Hoy tenía pensado contarles algunas de las razones de porqué me gusta el otoño, pero eso era lo que tenía en mente esta mañana cuando me desperté sin saber lo que el día me traería, y lo que el día me trajo fue un ratón peludo que ladraba como perro ¡que pretendió jugar conmigo! ¿Lo pueden creer? Fue después de almuerzo, yo ya me había comido mi ñam ñam así que decidí salir a pasear a mi cerro mientras mi mamá lavaba los platos y mi abuela cuchareaba su helado (por cierto, no entiendo como a los humanos les puede gustar algo tan frío brrrrr de sólo recordar la vez que lo probé mis bigotes tiritan), en eso estaba cuando escuché que alguien llegaba a la casa, sentí como empezaban a trastear en mi bodega y se abría la puerta del patio, así que rápidamente bajé por mi árbol de vuelta para ver qué estaba pasando: era la vecina que venía a buscar unas tablas que mi abuela le había regalado. Yo me presenté como buena gatita educada que soy, ella me hizo cariño y dijo que era muy