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Ayuno y abstinencia

Hoy la Conqui ha estado medio insoportable porque decretó dejar de fumar y eso parece que la tiene de mal humor porque no me ha dado bola en todo el día. O tal vez esté dolida conmigo porque en la mañana no quise flojear con ella y preferí irme a meter a la cama de mi abuela… vaya a saber uno, son tan especiales estos humanos que su estado de humor depende incluso del pie que ponen primero al bajarse de la cama, o al menos es lo que piensa mi mamá porque cada vez que pongo cara de enojada y hago alguna tontería ella me dice “Melí, parece que te levantaste con la pata izquierda de la cama”; según ella, hay que poner primero la pata derecha en el suelo al salirse de la cama porque si no, el día se echará a perder y uno andará de mal humor hasta el día siguiente cuando recuerde levantarse con la pata derecha, y si lo dice mi mamá debe ser cierto. Ahora que lo pienso, capaz que hoy ella se haya levantado con la pata izquierda y por eso a andado de malas, o peor aún ¡se le sumó la falta de nicotina con lo de la pata izquierda! eso debe ser.

El que mi mamá esté insoportable me da lo mismo, pero lo que no me da lo mismo es que las emprenda conmigo para descargar su nuera ¡y mucho menos que se meta con mis crunchi crunchis y mi ñam ñam! Sí, a la vieja loca le volvió la paranoia de que que estoy gordita y me está controlando mi comida con mano de hierro: anoche no me rellenó el platito de crunchi crunchis y esta mañana amaneció limpio por primera vez en meses. Debo decir que ya me había acostumbrado a la buena vida y a tener siempre comidita a mi alcance por lo que no me gustó nada eso de encontrar mi platito vacío cuando quise ir a picotear algo antes del desayuno con ñam ñam.

Yo como ñam ñam a las mismas horas que ellas: desayuno, almuerzo, té y comida, y entre horas picoteo mis crunchi crunchis. Debo decir que es una buena vida, se que muchos gatitos me envidiarían y confieso que cuando estaba solita vagando por ahí, justo antes de conocer a la Conqui, jamás soñé en que me iban a querer tanto y que no volvería a pasar hambre, así que quiero creer que si mi mamá me está racionando la comida es porque tiene razón y yo debo tener algunos pícaros kilos de más. Además, si soy sincera, por mucho que me esté controlando las cantidades que como, hambre no he pasado, es más bien golosería porque ¡es que es tan rico comer! debe ser por eso “guatita llena corazón contento”…. Como sea, hacemos una linda pareja con mi mamá: ella anda de malas pulgas porque le falta la nicotina y yo ando enojada porque me falta comidita, seguro que esta noche dormimos dándonos la espalda, pero da lo mismo, lo más importantes es la salud, así que yo la vigilaré que no fume y ella cuidará que yo no siga engordando.

(Esa es mi cara de malas pulgas, si no les gusta ¡ni se imaginan la de mi mamá! terrorífica)

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