Ir al contenido principal

La telepatía funciona

Lo crean o no, hoy hice mi primera llamada telefónica. Resulta que en la mañana temprano mi abuela salió a no sé qué cosa de un desayuno, y al poquito andar también salió la Conqui con no sé qué historia de la revisión técnica… Todas muy buenas razones –si uno es crédulo– pero da lo mismo los motivos, lo importante es que ¡de nuevo me dejaron solita! y no me gusta nada eso de que ellas hagan cosas que yo no puedo supervisar. Me gusta tener claro dónde anda mi manada, y cuando ellas salen de la casa escapan a mi control. En todo caso, por suerte al poco rato de haberse ido mi mamá llegó mi abuela de vuelta, aunque lo primero que me dijo es que tenía que salir de nuevo ¡vieja hiperquinética! Bue… el asunto es que no me gustó para nada la idea de quedarme nuevamente sola en la casa, especialmente porque justo hoy día andaban dando vueltas unos señores bien raros, todos vestidos iguales y con unas máquinas muy ruidosas que usaban para cortar el pasto y volar hojas, jardineros parece que se llaman, y vendrían a ser una especie de agricultores como los que tenemos en el sur pero para espacios reducidos como los que tienen acá. Como yo quería saber a que hora volvería mi mamá a defenderme de los jardineros, se me ocurrió llamarla por teléfono, pero como aún no tengo mi propio celular y, digamos la verdad, sería raro eso de que una gatita llamara por teléfono, me senté muy derecha en la cama de mi abuela y la miré y la miré y la miré bien concentrada, ordenándole que llamara a la Conqui para saber cuanto le faltaba para volver a la casa y cuidarme ¿y saben qué? ¡funcionó la telepatía! a los 5 minutos de estar mirando fijamente a la vieja, ¡zas! que pescó teléfono y llamó a mi mamá para decirle que estaba llamando de parte mía y preguntarle cuanto le faltaba para estar de vuelta en la casa; increíble ¿verdad? Así supe que la Conqui estaría de vuelta en un ratito más y cuando mi abuela salió, yo me quedé tranquila porque mi mamá ya iba a llegar ¡y así fue! como sería lo contenta que estaba que salí a recibirla de cola bien parada, frotándome contra sus piernas mientras le maullaba… Confieso que tenía la esperanza que luego de semejante bienvenida me tocará un ñam ñam extra como premio, pero no pasó nada de eso, sigue empecinada con lo de mi dieta y capaz que tenga razón, pero eso ya se los contaré mañana.

(Esa es mi cara de "prende el computador", siempre funciona)

Entradas populares de este blog

"Ser animado racional, Varón o mujer"

Ayer me dijeron que yo nunca mencionaba a los hombres y que siempre hablaba de mi mamá, mi abuela, mi tía y mis primas, todas mujeres. También me dijeron que lo más cercano que yo había estado de hablar de algún espécimen de sexo masculino, había sido cuando comentaba las tonteras que hacía el Manchi. Al principio como que me dio lo mismo la pregunta porque no entendí de qué me estaban hablando, pero igual me quedó dando vueltas y pensando en todos los humanos que conozco y con los cuales he convivido en mayor o menor grado, me di cuenta que no conozco a ningún hombre; es decir, tengo una idea de como son porque he visto algunos a la pasada, como los señores que le ponían bencina al auto con una manguerita cuando nos vinimos con mi mamá del sur o el caballero que cortaba el pasto en la casa, pero eso sería todo. Como siempre que algo despierta mi curiosidad, le pregunté a mi mamá sobre el tema pero parece que no me entendió porque se quedó muda, aunque confieso que me tinca prefirió ha...

Maniobra de Heimlich

Lo confieso: he estado ociosa los últimos días, pero tengo una excusa muy buena, y es que… naaaaa, no tengo excusa posible; me podría inventar alguna, pero si algo me ha enseñado mi mamá es que mentir es malo y que uno siempre debe asumir la consecuencia de sus actos, sobre todo cuando ha metido la pata, y ella sí que sabe de meter la pata ¡si yo les contara! ¿Saben cuál fue la última? ¡Ponerle demasiado peperoncciono a la carbonada! Vieran como tosía mi abuela cuando la probó por primera vez… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! hacía la pobre vieja mientras los ojitos se le ponían brillantes tratando de retar a mi mamá por lo picante de la comida. Cómo sería el escándalo que yo estaba en el cerro e igual escuché todo el barullo y volví corriendo a la casa para ver que estaba pasando y si podía ayudar en algo, no sé, tal vez haciéndole la maniobra de Heimlich a la veterana ¡y no se rían! es tan flaquita la señora que estoy segura que si agarro vuelo y salto sobre sus pulmones, cualquier cosa que estuvi...

El Manchi (y el sexo)

El Manchi es una especie de hermano que tengo yo. La Conqui dice que es “allegado” porque no es de ella si no que de los dueños del sitio dónde ella arrienda cabaña. Siempre me cuenta, muerta de la risa, que lo primero que le dijeron al arrendar, es que el gato estaba para cazar ratones y que no lo dejara entrar a la casa y mucho menos le diera comida. Ella, lo primero que hizo el día que llegó fue dejar entrar al Manchi cuando él llegó a controlar quién había invadido su territorio; y lo segundo, fue darle de comer cuando quiso quitarle la hallulla que ella se estaba comiendo. Esa noche el Manchi durmió sobre la cama nueva de la Conqui y al día siguiente tenía platito de Hello Kitty para la cómica y el agua y una enorme bolsa de comida a su completa disposición Lo del platito de Hello Kitty puede ser algo femenino para un macho recio, pero les voy a contar una copucha: hasta que llegué yo la Conqui pensaba que él, era ella. Así mismito. Como no le colgaba ningún adorno al pobre animal...