Hay algunas cosas bien raras que hacen los humanos, o al menos que hace mi mamá, la verdad qué no sé si las harán todos los humanos ¡espero que el resto no esté tan loco como ella! Por ejemplo hoy ¡se hizo la manicura! Y no, no me miren raro por usar esa palabra rara, confieso que yo no sabía lo que era hasta hoy día que la Conqui salió en la mañana sin decirme a dónde iba, pero cuando volvió yo la miré con cara de “¿dónde estuviste?” y tuvo que responderme: “me fui a hacer la manicure” ¡Jo! Quedé marcando ocupado ¡esa manía de usar palabras raras! Al tiro tuve que ponerme a investigar de qué iba la cosa, y supe que manicure es una palabra de origen vaya a saber uno dónde (dice mi mamá que es francesa pero tengo mis dudas) y que lo correcto en español es manicura por mucho que la siútica de mi mamá use la otra palabreja.
La manicura humana es diferente a la de los gatitos porque yo con un par de scratch scratch en la alfombra o en la silla, quedo lista, pero mi mamá no hace scratch scratch, ella usa una cosa que lija y se llama lima, y cuando se lo pasa por el borde de las uñas estas se van desgastando. Además de la lima, se ¡corta la piel! ¿Lo pueden creer? Hay que ser bien bruta; por mucho que ella diga que son sólo las cutículas y que no le duele, yo creo que debe estar un poco loca para hacer algo así ¿la guinda de la torta? ¡Se las pinta! Sí, pintadas con pintura, aunque confieso que eso de la pintura me da un poco de envidia, creo que mis uñitas pintadas de rojo se verían preciosas ¿verdad que sí? De verdad que no entiendo esa costumbre de complicarse la vida sin motivo. Digo, en vez de tanta manicura podría dejárse crecer las uñas como yo y así podría subir a los árboles sin necesidad de escaleras ¿o no?
Bue, vamos a cosas más interesantes: fue tanto lo que llovió el fin de semana, que ayer no me aguanté y salí a pasear con lluvia y todo. Mi abuela puso cara de que éramos un par de locas: mi mamá por darme permiso y yo por salir. Por suerte la Conqui le explicó que mi abriguito es muy calentito porque está compuesto por tres tipos de pelo diferente, y que la capa superior aguanta mucha agua antes de llegar a mojarse los pelitos que tengo más pegados a la piel. Además, apenas entré a la casa, ella altiro me secó con una toalla. Mi abuela puso cara de sorpresa porque yo estuve tranquila sin moverme mientras mi mamá se secaba, y ahí ella le dijo a la veterana que cuando vivíamos en Puerto Varas siempre me daba permiso para salir con lluvia, y apenas yo llegaba destilando ella me frotaba entera con la toalla y enseguida me secaba. Me gusta la lluvia, pero yo creo que me gusta porque sé que después de cada paseo tengo una casa calentita a la que volver y mi mamá me está esperando para secarme. Linda mi mamá… ¡aunque se haga la manicura!