Vamos con las copuchas primero...
¡El papá de la Mila salió en la televisión! ¡Y dos veces! Casi casi que la envidio porque ella tiene papá y yo no, y más encima debe ser importante para que salgan entrevistándolo en la tele. Mi mamá lo vio anoche y me dijo que en el traje que uso para la entrevista se notaban los pelos de la Mila, así que yo me pregunto… ¿eso quiere decir que mi prima también salió en la tele o los puros pelos no cuentan? En todo caso se veían lindos sus pelos rubios sobre el traje oscuro, le daban un toque “cachual” súper dominguero que ojalá mi tío supiera apreciar en vez de andar reclamando por la vida contra los pelos de su hija cuadrúpeda.
Hoy ando en la buena con mi abuela, por mucho que me tire la cola debo reconocer que a veces tiene algunas ideas brillantes que van en directo beneficio mío ¿la última? ¡Calentarme mi ñam ñam! Resulta que mi mamá a la hora de almuerzo me da un tercio de mi latita con paté de salmón y lo que sobra lo guarda en un envase de vidrio en el refrigerador, y claro, cuando al día siguiente lo saca para dármelo está frío, y ahí ya no me gusta tanto porque por naturaleza los felinos preferimos la comida a temperatura ambiente o tibia ¿qué porque es eso? fácil: nosotros comemos lo que cazamos y cada vez que yo le hinco el diente a alguna laucha o pajarito obviamente la carne aún está caliente y por eso preferimos la comida caliente a recién salida del refrigerador. Y no me llamen mala por cazar y comerme a los pajaritos o lauchas, no es maldad, es supervivencia, es instinto ¿ok?. Bue, mejor no entremos en polémicas y sigo con mi historia contándoles que desde hace un par de días mi mamá saca mi ñam ñam del refrigerador y me lo entibia con agua hirviendo ¡y queda más bueno! mmmm ¡delicioso! Hagan la prueba, ya verán.
La Mila finalmente dio señales de vida y no tuve que ir a rescatarla. Justo cuando mi mamá estaba terminando de dar las últimas puntadas a mi capa de rescatadora, llegó su mensaje diciendo que la habían tenido castigada por una filtración de líquidos en la cocina de su casa, y también por haberse robado unas salchichas que su hermana grande había comprado para un asado…. ¡Esta niñita! Antes o después va a tener que aprender que las salchichas no se roban. Digo, si vas a robarte algo ¡que al menos sea filete! ¿pero unas míseras salchichas? No pues, nada que ver, las cosas hay que hacerlas a lo grande o mejor no hacerlas. Por eso yo nunca me robo nada, porque para pollo tengo todos los días (sanito) y mejor hacer algo grandioso así que sigo esperando mi filete (como dice mi mamá, la esperanza es lo último que se pierde).
... Y ahora el comentario:
Hay algo que les quiero comentar, a ver si tengo razón o son ideas tontas de una gatita sureña: resulta que me instalé con mi mamá a revisar su cuenta en Twitter y vimos que en Puerto Montt y Puerto Varas está la escoba con todo lo que ha llovido ¿y saben qué? ¡En la televisión no dicen nada! y tampoco en los diarios. Por suerte la Conqui sabe como buscar cosas en internet y encontró hartas fotos de calles inundadas, dios desbordados, caminos cortados… ¿porque en la tele no dicen nada de eso? ¿Porque en El Mercurio y La Tercera no aparece ni una línea? ¿Será que el sur no existe? Ni siquiera da para enojarme, da pena darme cuenta lo centralizados que es este país Santiago, Santiago, Santiago, Santiago… Ahora entiendo porque mi mamá despotricaba el otro día cuando en las noticias dijeron que querían darle no sé cuanta plata al Transantiago, parecía loca diciendo “¡¿y a regiones cuando le toca?!”
(Eso es Puerto Varas hoy, mi veterinario quedaba ahí)