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Visitas

Intenso el día, por decir lo menos y no caer en descalificaciones que poco aportan… por muy justificadas que estén. Lo peor de todo es que aún no termina y muchos menos las visitas no se van si no que pretenden quedarse a dormir y recién irse el domingo ¡el domingo! ¿se creerán que esta casa es pensión?

Se suponía que hoy era feriado, día para regalonear, descansar y dormir a pierna suelta en los brazos de mi mamá, pero en cambio aquí estoy, toda estresada defendiendo con uñas y fuuuus mi metro cuadrado y mi platito de crunchi crunchis de  esa perra que tengo por prima. Sí, la border borde llegó a invadir mi territorio con su pelo rubio y su lengua rosada, y más encima mi mamá anda en plan de que me haga amiga de ella ¡Helloooooo! yo me hago amiga de quién yo quiero, no de quién mi mamá me diga, capisce? (mi mamá me está enseñando a hablar en italiano).

La Mila es una border de la que he hablado más de una vez, y que llegó hoy día de visita junto a sus dos hermanas chicas y mi tía desubicada ¿que porque desubicada? fácil… ¿¡me pueden creer que la muy descriteriada me trajo de regalo una bolsa de crunchi crunchis “naturales” para que haga dieta?! ¡¿pero que tiene ese mujercita en la cabeza?! ¿su mamá no le enseñó que es de mal gusto llevar regalos de ese tipo? si me quiere decir algo ¡que lo haga directamente! no hacen falta los mensajes subliminales ni los recaditos con mi abuela ¿la vieja cree que yo estoy gorda? bue… que me lo diga de frente, a lo más le voy a responder con un fuuuu que traducido a idioma humano vendría a significar algo así como “escoba”. Por suerte, además de los crunchi crunchi lihgts me trajo una sobrecitos con ñam ñam del rico, aunque esos mi mamá los escondió en su closet así que capaz que se los quiera comer ella… voy a tener que vigilarla.

Por ahora aquí me tienen, compartiendo la pieza y a mi mamá con la quiltra mientras escuchamos a Mozart para ver si la tontorrona (eso lo digo porque quiso salir a la terraza de mi abuela y no se dio cuenta que estaba la ventana corrida y se chocó contra el vidrio juas juas juas) deja de gemir porque su mamá y sus hermanas salieron y a ella la dejaron… no sé que tanto llora, yo no le he hecho nada –por ahora– y me he limitado a seguirla fijamente con la mirada en cada una de sus idas y venidas de la puerta a la ventana y de la ventana a la puerta, esperando que su mamá llegue. ¿Les cuento qué? me tinca que la perra sabe que mis uñitas pican porque me mira y se pone a gemir más fuerte y mira a mi mamá con cara de “defiéndeme”…y claro, la Conqui le hace cariño porque le da pena que esté sola, según ella hay que preocuparse por la Mila ya que debe estar con pena creyendo que su mamá la dejó acá…¡pajarona! aunque también es culpa de mi tía que llegó y salió y no se despidió de ella ni le dijo a dónde iba. Mi mamá cada vez que sale me dice a dónde va, a la hora que vuelve y me da un beso antes de salir… ¿saben? igual me da pena la Mila, como que con tanta hermana su mamá tiene poco tiempo para ella ¿La verdad? parece que prefiero ser hija única, así tengo dedicación exclusiva y no tengo que compartir a la Conqui con nadie.

(No se lo tiré por la cabeza porque traían una camita rica para dormir siesta)


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