¡Que emoción! estoy estrenando aplicación nueva para escribir mi diario; mi mamá la bajó e instaló esta mañana y después de almuerzo me enseñó a usarla, aunque debo decir que no le entendí mucho porque se tomó un par de vodkas y empezó a hablar raro, como en ruso, seguro que fue porque el vodka lo inventaron en Rusia…
Hoy a sido día de estrenos, porque además de la nueva aplicación, aprendí a coser con máquina de coser ¡yo nunca había visto una! mi mamá no tiene, pero mi abuela sí y hoy día la sacó para coser una cosa que se llama faldón y se pone debajo del colchón para que no se vean las patas de la cama, así que yo estuve ayudándola a medir y esas cosas.
La cama de mi abuela la trajimos con mi mamá de Puerto Varas, así que se puede decir que es mía y por eso tengo todo el derecho de saltar arriba y vigilar de cerca lo que hace la veterana con ella… Aclaro ese punto porque la viejuja no hizo más que reclamar y llamar a gritos a mi mamá para que me sacara de su pieza, la muy fresca me retó cuando hice scratch scratch en el colchón y se enojó cuando sujeté con mis uñitas un extremo de la cinta de encaje ¡vieja gruñona! en vez de agradecer que se la estirara para que midiera bien, me reclama por un par hilos tironeados sin querer… Después de eso, opté por sentarme en el colchón a ver lo que hacía, pero claro, bastó que yo hiciera eso para que ella decretara mover el colchón y vuelta a discutir conmigo y llamarme intrusa por estar metida dónde ella quería trabajar… ¡hellooooo! yo estaba primero, fue ella la intrusa que llegó a molestar, además que el colchón es mío porque yo lo usé primero que ella, no en vano lo trajimos de Puerto Varas con mi mamá así que mejor que se quede calladita y no reclame porque le puedo decir a la Conqui que le quite la cama, y si le quita la cama a ver dónde duerme ella.
Cuando finalmente terminó la discusión por medir el colchón y la cinta de encaje, mi abuela se sentó en su escritorio con la máquina de coser. Hasta ahora yo sólo conocía el hilo y la aguja, y la verdad que encontraba medio aburrido eso de estar pincha, mete, saca, pincha, mete saca, así que cada vez que mi mamá se ponía a coser algo yo me hacía pelotita y dormía, pero esto de la máquina es mil veces más entretenido!!!! se pone la tira de encaje sobre el pedazo de tela, y eso se pasa por la máquina mientras mi abuela pedalea y ¡zas! tracatracatrá que por arte de magia las dos piezas se convierten en una. ¿Saben? parece que voy a empezar a darle más atención y mimos a mi abuela para hacerme amiga de ella, sobre todo ahora que mi mamá pasa más tiempo en la oficina que conmigo, porque la veterana siempre está haciendo cosas entretenidas.
Hoy a sido día de estrenos, porque además de la nueva aplicación, aprendí a coser con máquina de coser ¡yo nunca había visto una! mi mamá no tiene, pero mi abuela sí y hoy día la sacó para coser una cosa que se llama faldón y se pone debajo del colchón para que no se vean las patas de la cama, así que yo estuve ayudándola a medir y esas cosas.
La cama de mi abuela la trajimos con mi mamá de Puerto Varas, así que se puede decir que es mía y por eso tengo todo el derecho de saltar arriba y vigilar de cerca lo que hace la veterana con ella… Aclaro ese punto porque la viejuja no hizo más que reclamar y llamar a gritos a mi mamá para que me sacara de su pieza, la muy fresca me retó cuando hice scratch scratch en el colchón y se enojó cuando sujeté con mis uñitas un extremo de la cinta de encaje ¡vieja gruñona! en vez de agradecer que se la estirara para que midiera bien, me reclama por un par hilos tironeados sin querer… Después de eso, opté por sentarme en el colchón a ver lo que hacía, pero claro, bastó que yo hiciera eso para que ella decretara mover el colchón y vuelta a discutir conmigo y llamarme intrusa por estar metida dónde ella quería trabajar… ¡hellooooo! yo estaba primero, fue ella la intrusa que llegó a molestar, además que el colchón es mío porque yo lo usé primero que ella, no en vano lo trajimos de Puerto Varas con mi mamá así que mejor que se quede calladita y no reclame porque le puedo decir a la Conqui que le quite la cama, y si le quita la cama a ver dónde duerme ella.
Cuando finalmente terminó la discusión por medir el colchón y la cinta de encaje, mi abuela se sentó en su escritorio con la máquina de coser. Hasta ahora yo sólo conocía el hilo y la aguja, y la verdad que encontraba medio aburrido eso de estar pincha, mete, saca, pincha, mete saca, así que cada vez que mi mamá se ponía a coser algo yo me hacía pelotita y dormía, pero esto de la máquina es mil veces más entretenido!!!! se pone la tira de encaje sobre el pedazo de tela, y eso se pasa por la máquina mientras mi abuela pedalea y ¡zas! tracatracatrá que por arte de magia las dos piezas se convierten en una. ¿Saben? parece que voy a empezar a darle más atención y mimos a mi abuela para hacerme amiga de ella, sobre todo ahora que mi mamá pasa más tiempo en la oficina que conmigo, porque la veterana siempre está haciendo cosas entretenidas.