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Mis uñas no se tocan

Comparado con todo el ajetreo de las visitas de ayer, hoy día estuvo tranquila la cosa aquí en la casa. En la mañana nos levantamos temprano con mi mamá, hicimos algunas cosas juntas y de ahí cada una empezó su día: ella partió a la oficina y yo a molestar a mi abuela, aunque lo que realmente hago es entrenarla para que no se ponga vieja gagá. ¿No me creen? bue, déjenme que les cuente sólo uno de los “ejercicios” –como me gusta llamarlos a mi– que le hago: cada vez que la noto distraída me cruzo en su camino sorpresivamente para que mantenga los reflejos bien aceitados ¿se dan cuenta? de esa manera logro que siempre esté despierta y con reacciones rápidas, cosa que cuando salga en el auto sus reflejos sean impecables y sepa reaccionar ante cualquier tipo de imprevisto (gatitos cruzando la calle sorpresivamente y niños corriendo detrás de una pelota incluidos). Lo sé, soy una buena nieta que se preocupa por su abuelita ¿pero saben qué? no me pagan con la misma moneda…

Hoy en la mañana escuché una conversación telefónica que me dejó muy preocupada, y no sé si repetírsela a mi mamá porque no quiero que se lleva un mal rato y se enoje con la veterana, mal que mal está viejita y a veces eso juego a favor mío, como cuando me convida pollo a escondidas de la Conqui que me tiene a dieta. Bue, retomo mi cuento: resulta que escuché clarito como mi abuela le decía a alguien que me quería cortar mis uñitas para que yo no siguiera dejándolas marcadas en no sé que parte del Lucho Valdés ¡vieja loca! Yo jamás he arañado a nadie, a lo más una vez a mi mamá y fue jugando; más encima no conozco a ningún Lucho Valdés así que por favor que alguien me explique como puedo arañar a alguien que no conozco y dejarlo con mis uñas marcadas. Y eso no fue todo, también dijo que yo era una cómoda ¡y yo no soy cómoda! tal vez un poco regalona de mi mamá ¿pero cómoda? Si fuera cómoda no me treparía a mi árbol ¡eso es lo menos cómodo de este mundo! ¿se dan cuenta la vieja malagradecida? Yo me preocupo de cuidarla y mantenerla joven, y ella me agradece inventando cosas y mezclando la cómoda con Lucho Valdés, a no ser que ese tal Lucho tenga una cómoda o el sea cómodo o luche con una cómoda o vaya a saber uno que otra tontería me quiera inventar la veterana, sea lo que sea ¡a mi nadie me corta mis uñitas! eso te lo digo aquí y te lo digo ahora, y que quedé registro que si la vieja trata de tomarme por asalto voy a hacerle muchos fuuuuu y voy a arañarla y a esconderme hasta que mi mamá vuelva de la oficina, porque claro, conociendo a la vieja seguro que va a pretender hacerlo cuando estemos solas ella y yo porque sabe que la Conqui pondría el grito en el cielo ¿a quién se le ocurre querer cortarle las uñas a un gato? ¡esas son nuestras armas de defensa! con mis uñitas puedo subir y bajar por el árbol, además de pegarle a cualquier perrito que me quiera comer… Por ahora, no le voy a decir nada a mi mamá, pero espérate no más como trate de hacerme algo...

(Lindas mis uñas)

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