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Nueva rutina

Escribo bien apurada porque ya son más de las siete y media y aún me quedan cosas por hacer ¿la más importante? ¡jugar con mi mamá! Tengo que acostumbrarme a este nuevo ritmo de vida dónde paso casi todo el día solita con mi abuela y a la Conqui la veo en las tardes, cuando vuelve del trabajo. Ya sé que es lo normal, pero igual la echo de menos, supongo que con el correr de los días me acostumbraré. Al menos hoy vino a almorzar, aunque fue corriendo corriendo y más bien engulló el plato de lentejas y después volvió a salir soplada; eso sí ¡tuvimos tiempo de jugar un ratito! Yo estaba en el jardín y ella llegó a acompañarme, y como me vio con cara de “¿juguemos?” tomó un palito y yo me dediqué a perseguirlo por todo el jardín… Sí, ya sé que con ese tipo de comportamientos no luzco muy fiera, según mi abuela soy una inocente, pero ¿porque renegar de las cosas entretenidas de esta vida? si me gusta perseguir palitos o cualquier cosa que se mueva y pasar un buen rato jugando con mi mamá, yo no le veo nada de malo por mucho que sea poco “digno” jugar como un niño y no comportarse como un gato adulto serio y responsable ¿saben qué? si hay algo en lo que siempre voy a imitar a la Conqui, es en mantener mi espíritu infantil. ¿Les cuento un secreto? hasta el día de hoy a mi mamá le gusta mirar monitos animados en la televisión, y le da lo mismo que le digan que ya está vieja para eso.

Hoy con mi abuela la convivencia estuvo tranquila, debe haber sido porque el día estuvo feo así que preferí quedarme cuidando la cama de mi mamá; a veces dormía y otras vigilaba que la viejuja hiciera bien el aseo. Confieso que la miré con cara de “limpia la pieza de mi mamá” pero me ignoró olímpicamente, así que deberé ensayar una mirada más efectiva para ver si me hace caso cuando vuelva a tocar aseo la semana próxima. Como sea, por mucho que peleé conmigo la veterana y trate de tirarme la cola cada vez que puede, igual me debe de querer porque a cada rato venía a meterse a la pieza y me daba hartos besitos previo olerme entera ¡vieja loca! ¿se creerá gato?

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