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Paseo al sol

Hoy fue un día esplendoroso, soleado, brillante, rico ¡lo pasé chancho guata al sol! En la mañana despaché a mi mamá para la oficina y me fui a ayudar a mi abuela a hacer la cama ¿y saben qué? mi buena obra fue premiada con pedacitos de pollo a la hora de almuerzo ¡ñam ñam! pero que mi mamá no sepa porque si no va a retar a la viejuja por darme comida extra ¿no ven que se supone que sigo a dieta? pero digo yo, un poco de pajarito extra large no le hace daño a nadie ¿verdad? que la Conqui no sea vieja mañosa y me deje golosear un poco que más no sea. Yo sé que le reclama a mi abuela cuando ella me da comida “extra” porque la he escuchado cuando habla con ella y le dice “usted se ríe de la Melí por gordita, y después es la primera en darle comida a escondidas ¿como pretende que baje de peso así? dele lo que quiera, pero que yo no vuelva a oír que se burle de ella y tampoco quiero que la molesta por su agilidad cada vez que sube o baja de su árbol”… Linda mi mamá, porque debo decir que en eso tiene razón; mi abuela cada vez que puede se burla y me dice que estoy como botijo y según ella me cuesta subir por el árbol por guatona, pero eso es mentira porque hoy subí y bajé como toda una gata que soy y la vieja me estaba mirando y no se lo podía creer. Como será su impresión que cuando mi mamá llamó a la hora de almuerzo para saber como estábamos, le comentó que “la Melí salió a pasear toda la mañana, vieras lo bien que subió y bajó del árbol”; ¡tremenda novedad! ni que fuera Colón y hubiera descubierto América ¿no sabrá la veterana que los gatos somos los reyes de subir y bajar de los árboles? y da lo mismo los kilos –gramos en mi caso– de más, la agilidad está en nuestros genes.

Bue, como sea, dejemos que los humanos se entiendan entre ellos y volvamos a lo importante: hoy salí de paseo y estuvo muy entretenido porque aproveché que en la casa tocaba aseo, y como me daba un poco de lata ese asunto de la aspiradora, salí toda la mañana. Eso sí, fue con permiso de mi mamá porque antes de irse me dijo “el día va a estar lindo, así que si tienes ganas aprovecha de salir, yo te doy permiso”, y como hubo un sol rico partí árbol arriba con rumbo desconocido… al menos para mi abuela. Confieso que la idea era buscar a la Pelusa (la gata tricolor que pretende invadir mi territorio) pero no la encontré así que me dediqué a olisquear las hierbas de aquí y allá siempre con un ojo puesto en mi abuela por si me necesitaba porque mi mamá siempre me encarga que la cuide. Poco antes de la hora de almuerzo, ella me llamó para que la ayudara a cocinar, así que bajé enseguida por el sauce y de un salto aterrice en el jardín y de ahí a la cocina ¿y saben qué? ser obediente tiene su lado bueno porque ahí fue que la veterana me premió con los pedacitos de pollo ¡rico! linda mi abuela: la Conqui me dijo que el 24 está de cumpleaños así que tengo que pensar en qué le voy a regalar ¿tal vez una laucha?

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