Hoy ando poco inspirada, con una flojera enorme; debe ser porque el día ha estado muy frío y como mi mamá no se sentía muy bien –parece que se resfrío por salir al jardín el día que nos quisieron invadir– me la he pasado de enfermera cuidándola, y eso me tiene un poco cansada.
¿Qué hace una buena enfermera? bue, principalmente dormir con el enfermo, preocuparse de que esté calentito y para eso lo mejor es acostarse arriba de él; también, hay que vigilar que no haga ningún esfuerzo y por eso mismo cada vez que la Conqui trataba de tomar su computador yo me instalaba arriba de su guata para que no se pudiera mover. ¿Inconvenientes para mí? la verdad que no muchos porque es rico dormir calentita, y más aún si cada tanto te acarician el lomo, el único “pero” sería que por eso hoy me atrasé más de la cuenta con la columna: tuve que vigilar a mi mamá toda la tarde, por suerte ahora se fue dónde la abuela y yo pude ponerme a escribir un ratito.
Hablando de mi abuela… vieja pesada: esta mañana yo venía subiendo la escalera detrás de mi mamá luego de tomar desayuno, y la vieja más vieja venía detrás mío y ¡zas! que me agarró de la cola y no me la quería soltar; tuve que darme vuelta, mirarla feo y recién ahí me dejó tranquila. Yo caminé más rápido y me froté en las piernas de la Conqui y ella enseguida supo que algo había pasado, más aún cuando la mi abuela se empezó a reír y a decir que yo era una gata acusete ¿se dan cuenta lo que me toca soportar? me tiran la cola, me molestan y más encima me tildan de algo que yo no soy… Por suerte mi mamá no le hizo caso a la veterana si no que se agachó para tomarme en brazos y acariciarme harto, y mientras hacía eso se dio media vuelta y retó a mi abuela por molestarme ¡linda mi mamá! resfriada y todo no deja que nadie se meta conmigo ¿ven porque hoy no me he separado de ella y me ha pasado el día cuidándola? se lo merece.