¡Vieja acusete! Si se hubiera quedado callada yo no habría pasado el mal rato que pasé hoy día fuuuu fuuuuuuu y triple fuuuuuuu
Todo empezó temprano está mañana, cuando mi mamá despertó y bajamos a desayunar. Mi abuela ya estaba en la cocina y luego del “buenos días” y las consabidas preguntas y respuestas de “¿como durmió?”, “bien, gracias ¿y usted?” y todo ese trámite burocrático llamado educación que tienen los humanos, nos sentamos a desayunar. Sí, leyeron bien, nos sentamos, y me incluyo porque yo me siento en un piso al lado de la Conqui y pegada a la ventana para controlar qué comen por un lado, y los pajaritos por el otro. Aparte de mi ñam ñam, nada emocionante para comer en el desayuno: avena mi mamá y comida de pajarito mi abuela (semillas y esas cosas junto a su pan integral con miel y canela).
Terminado el desayuno, mis humanas subieron a vestirse; yo las acompañé como siempre y no pasaron ni cinco minutos que se escuchó un grito de mi abuela diciendo “¡Conqui! tengo un reclamo ¡ven para acá!”. Apenas se escuchó la orden mi mamá me miró con cara de “¿qué hiciste ahora?” y yo la miré con cara de “sea lo que sea yo no fui”. Asomamos las dos la cabeza por la puerta de la habitación de mi abuela y ahí estaba ella con la mano estirada como mostrando algo pero nosotras no veíamos nada. Cuando abrió la boca la señora se aclaró la película: “pillé una pulga saltando en mi cama ¿algo qué decir?”. La Conqui me miró, se comió el ataque de risa y volvió a su pieza sin decir nada para terminar de hacer la cama. Ingenuamente yo pensé que el asunto había terminado ahí… Estaba feliz por lo bien librada que había salido.
No era aún medio día cuando escuché a mi mamá en la cocina, bajé a ver qué estaba haciendo y me quedé con ella para acompañarla mientras secaba platos y lavaba lechuga, después la seguí cuando salió al lavadero a poner una carga de ropa en la máquina, “mala idea” pienso al ver que cierra una puerta primero y la otra después: quedamos las dos encerradas, me tomó en brazos, me puso sobre la mesa gris y mientras con una mano me agarraba del cuello con la otra disparaba un líquido apestoso por todo mi cuerpo: dispara, frota, dispara, frota ¡puaj! Yo araño, maullo, gruño; pongo cara de sufrimiento, cualquier cosa con tal de terminar con la tortura que parece eterna. Cuando ya estoy empapada desde la punta de la cola hasta el último de mis bigotes, la Conqui me toma en brazos, me mete a la cocina y como premio de consuelo me da una ración extra de ñam ñam mientras me dice “sé que no te gusta, pero es por tu bien, vas a ver que ahora te vas a rascar mucho menos. Créeme”.
Después de comer mi premio salí corriendo escalera arriba a lamerme entera, pero mi mamá no quiso dar por terminado el maltrato así que se puso a cepillarme el pelo y a frotarme con una toalla para que no me diera frío ¡humanos! ¿qué tienen de malo las pulguillas? sí, pican, pero aparte de eso no es mucho más lo que molestan. Como sea, confieso que al principio estaba enojada con la Conqui ¡mira que mojarme de esa manera en un día como hoy! ¡con el frío que hace! ¿pero saben qué? tenía razón cuando me dijo que el cuerpo me iba a picar menos: desde la mañana no me he vuelto a rascar.
Además, no me gusta estar enojada con mi mamá, al final la culpa es de mi abuela porque me acusó de haberle dejado una pulga de recuerdo en su cama está mañana cuando fui a darle los buenos días…
Por cierto, si quieren un remedio natural que ayude a combatir las pulgas hagan el mismo que mi mamá usa conmigo, es fácil, barato, huele rico y no nos hace mal si nos lamemos:
En una olla con 1 litro de agua hiervan por 5 minutos 3 limones cortados en rodajas; saquen del fuego y dejen la olla con los limones reposar de un día a otro y luego estrujen y saquen las rodajas de limón.
En una olla hiervan 1 litro de agua y cuando esté listo tírenla sobre un buen puñado de romero fresco. Dejen reposar unos 15 minutos y cuelen. Añadan 1 litro más de agua fresca. Mezclen con el agua de limón y pongan en una de esas botellas con disparador: esa mezcla la pueden rociar por toda la casa para eliminar pulgas y larvas y también la pueden usar sobre sus mascotas. Si es perro, pueden usarla como enjuague final luego del baño, y si es gato masajeenle todo el cuerpo con la mezcla (ojo con los ojos, nariz y oídos) hasta que quedé bien repartida. ¡Ojalá las sirva como a mí!
(Escondida)