Mi mamá me enseñó que cuando a uno le hacen un regalo, es de gatita bien educada agradecerlo siempre, sin importar que a uno le haya gustado o no ya que según ella el mero acto de regalar algo implica que esa persona estuvo pensando en nosotros ¿a cuento de qué digo esto? Bue, resulta que ayer le mandé a mi prima 3 libros de regalo y hasta ahora no he recibido ni siquiera una línea diciendo “gracias Melí”.
No quiero enojarme con ella así que voy a buscar razones por las que no me haya dicho nada, a ver que piense…
- Mi regalo no le llegó: no es justificación porque su mamá sabía que yo le mandé los libros así que si no hubieran llegado me podría haber dicho para volvérselos a mandar.
- A su mamá se le olvidó decirle que yo le mandé regalo: no es justificación porque mi mamá le aviso también a sus tres hermanas que yo le había enviado los libros. Te creo una persona cabeza de pollo que se olvide de dar los recados ¿¡pero cuatro?! Cuatro me parece un poco exagerado. Y además son cuatro mujeres y ya sabemos lo curiosas que somos las mujeres, así que apuesto doble contra sencillo a que seguro ya saben de que tratan los libros que le mandé a la Mila, y eso me lleva a una tercera posibilidad…
- La Mila se molestó conmigo porque los libros trataban de cómo enseñarle buenos modales a los perritos… mmmm no creo que sea eso porque el autor es un señor que le gusta mucho a su mamá, es un señor que se llama César Millán y le dicen el “encantador de perros” lo que me lleva a preguntarme… ¿existirá un encantador de gatitos o como los gatitos ya somos encantadores no lo necesitamos? pero eso ya es otro tema y mejor vuelvo a mi lista de razones por las cuales no he sabido nada d ellos libros que le mandé de regalo a la Mila ayer.
- Mi prima está taaaaaan ocupada que no ha tenido tiempo de escribirme… mmmm permítanme que lo dude, mandar un mail dando las gracias no quita más de dos minutos, lo mismo que se puede demorar en comerse una pelotita o hacer un hoyo en el jardín, y lo de comer pelotitas me hace saltar a otra posibilidad…
- ¡La Mila se comió el computador, el iPad y el iPhone de su mamá y no tiene como comunicarse conmigo! Y lo que es peor ¡su papá la castigo por comerse todas esas cosas! ¡Eso es! Seguro que se comió todas esas cosas y la tienen encerrada en alguna parte, incomunicada, aislada del mundo, y lo que es peor… ¡de nuevo la mandaron a ese summer camp! Y la pobre inocente debe estar convencida que está de vacaciones y no sabe que está encerrada, sola, triste abandonada… ¡voy a tener que ir a rescatarla! Seguro que si le digo a mi mamá lo que pasó me acompaña, ella puede distraer a los guardianes del campo de concentración mientras yo me infiltro tras las líneas enemigas, localizo a la Mila, la libero de su encierro y la pongo a salvo. ¿Después de eso? Imposible que regrese a su casa, lo mejor es buscarle otro lugar dónde vivir y creo que una buena alternativa es aquí conmigo, así la tendría cerca todos los días y nos aburriríamos juntas en vez de cada una por su lado, incluso le puedo prestar a mi mamá para que la saque a pasear, eso sí, siempre y cuando tenga claro que la cama es mía y mis crunchi crunchis no se tocan. ¿Saben? me voy corriendo a organizar el rescate…