Aquí estoy, esperando que lleguen las visitas anunciadas pero son más de las seis de la tarde y aún ni señales de ellos ¡por suerte que iban a llegar después de almuerzo! Mi mamá corrió como loca toda la mañana, incluso me dejó solita para ir al supermercado y después estuvo cocinando; eso sí, yo la ayudé. Pelamos papas, exprimimos limones, picamos cebolla, batimos huevos y muchas otras cosas. Para dónde iba ella, ahí estaba yo arriba de mi piso vigilando. Eso sí, yo solita abrí la bandeja con los muslos de pollo que usó para hacer la cazuela ¡eran grandes! La Conqui los sacó del refrigerador y los puso arriba del mesón, y como la vi afanando con las papas yo me acerqué a ver que era y el olor me recordó a las pajaritos así que abrí el paquete para ver si había alguno adentro, y no, no había pajaritos de los que cazo yo, si no que eran las patas de esos grandes sin plumas que se compran en el supermercado… ahora que lo pienso ¡nunca he visto un pajarito de 4 patas! porque eso era lo que venía en el paquete que abrí… raro ¿sería de verdad pollo? capaz que le hayan vendido otra cosa a mi mamá. Por desgracia no alcancé a probarlo como para saber si era pollo o no, justo cuando iba a hincarle el diente a uno de los muslos mi mamá se dio vuelta y vio lo que yo estaba haciendo y no me dejó seguir ayudando… lástima.
¿Les cuento un chisme? Me tinca que mi abuela sacó pololo porque ha pasado todo el día fuera de la casa; salió temprano en la mañana de lo más arreglada y apareció por acá sólo a almorzar y volvió a salir corriendo. Por algo que le escuché decir a la Conqui, parece que el tipo con el que se ha pasado el día se llama Expedito… que nombre tan raro. Pero mejor no sigo con el chisme porque según mi mamá “pelar” es pecado, y dice que si uno lo hace se puede ir al infierno. Cuando la miré con cara de pregunta porque yo no sabía que era eso del infierno, me dijo que era un lugar dónde hacía mucho calor y estaba lleno de pajaritos gigantes que picoteaban a los gatitos todo el día, y que los gatitos no podían defenderse porque estaban encadenados, y también me dijo que el fuego lo hacía un señor que tenía cuernos y cola y la piel roja por el calor… ¡que susto! yo no quiero irme para allá, prefiero irme al cielo. Según la Conqui, al cielo se van las gatitas lindas como yo; allá se pasan todo el día saltando de nube en nube y pueden comer ñam ñam cuando quieren, y hay unos niños con alitas que se llaman ángeles que juegan contigo y te regalonean siempre ¡eso me gustaría!
Voy a portarme bien con las visitas cuando lleguen, así gano puntos para irme al cielo y no al infierno ¡eso voy a hacer!
¿Les cuento un chisme? Me tinca que mi abuela sacó pololo porque ha pasado todo el día fuera de la casa; salió temprano en la mañana de lo más arreglada y apareció por acá sólo a almorzar y volvió a salir corriendo. Por algo que le escuché decir a la Conqui, parece que el tipo con el que se ha pasado el día se llama Expedito… que nombre tan raro. Pero mejor no sigo con el chisme porque según mi mamá “pelar” es pecado, y dice que si uno lo hace se puede ir al infierno. Cuando la miré con cara de pregunta porque yo no sabía que era eso del infierno, me dijo que era un lugar dónde hacía mucho calor y estaba lleno de pajaritos gigantes que picoteaban a los gatitos todo el día, y que los gatitos no podían defenderse porque estaban encadenados, y también me dijo que el fuego lo hacía un señor que tenía cuernos y cola y la piel roja por el calor… ¡que susto! yo no quiero irme para allá, prefiero irme al cielo. Según la Conqui, al cielo se van las gatitas lindas como yo; allá se pasan todo el día saltando de nube en nube y pueden comer ñam ñam cuando quieren, y hay unos niños con alitas que se llaman ángeles que juegan contigo y te regalonean siempre ¡eso me gustaría!
Voy a portarme bien con las visitas cuando lleguen, así gano puntos para irme al cielo y no al infierno ¡eso voy a hacer!
(Buscando angelitos en el cielo)