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Parqueada en la casa

Sigue el nublado en Viña y yo sigo parqueada en la casa. Podría salir al jardín pero me da frío, prefiero mirar por la ventana y mover mi colita cuando veo algo que llame mi atención. Por ejemplo en la mañana, me entretuve vigilando como hacían aseo en la casa de atrás y debo decir que le hacía mucha falta, porque cuando colgaron la alfombra por la ventana cayeron hartas pelusas; después pasaron la aspiradora, aunque eso yo no lo alcancé a ver por más que estiré mi cuello, pero imagino que eso debe haber sido porque escuché un ruido igual al que hace mi mamá cuando ella pasa aspiradora. Después de la aspiradora, la misma señora que había sacado la alfombra se asomó por la ventana, sacudió unos cojines y guardó la alfombra ¿Ven? todo controlado.

Debo confesar que me aburrió rápido eso de mirar por la ventana, así que me fui a molestar un rato a mi abuela que estaba ordenando chalecos… eso estuvo más entretenido: ella los sacaba de su closet, los ponía sobre su cama, yo saltaba arriba de ellos, ella me echaba, los ordenaba y yo volvía al ataque. Estuvimos así un buen rato hasta que terminó de guardarlos de nuevo y justo cuando yo pensaba que se me había terminado la entretención ¡se puso a ordenar su cómoda! Ahí estuve saltando sobre sus blusas y poleras, y me dediqué a cazar sus medias –son unas cosas largas como pantalones pero más delgaditas que usa debajo de la ropa para que no le de frío– hasta que le hice un hoyo a una y me quitaron mi entretención… Vieja injusta, no es mi culpa tener las uñitas largas y que una se me haya quedado enganchada. Pero bueno, al menos me pude entretener un rato, y como gritó tanto la Conqui fue a ver que estaba pasando y encontró que yo estaba con cara de gatita linda así que me tomó en brazos para regaloneárme un rato; después, jugó conmigo hasta que me cansé y me fui a dormir una siesta cortita antes del ñam ñam del almuerzo.

La tarde ha estado tranquila y mientras escribo esto, miro a mi mamá que ocupó mi lugar de vigilancia controlando qué pasa al otro lado de la ventana ¿y saben qué? está con cara de enojada refunfuñando bajito para no distraerme porque apareció la gata peleadora del otro día, así que yo mejor pongo mi cara de intelectual para que cuando me vea esa gata inculta, se muera de envidia porque yo sé escribir y usar el computador y ella no; gata tarada, seguro que debe estar muerta de frío paseando afuera con este día...


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