… y échate a la cama” dice un viejo refrán, y no hay nada más cierto. Confieso que en un principio pensaba que era cuento de mi mamá para que me portara bien, pero hoy descubrí que es verdadero de verdad absoluta…
En el living de mi abuela hay una mesa de centro de aluminio que es bien bonita; arriba tiene un par de libros, un caballo ridículo y una planta que me provoca mordisquearla siempre que puedo. Según la Conqui, se llama árbol de jade, o al menos eso creo porque cada vez que me pilla probando sus hojas con mis colmillos me dice “¡Melí! deja el árbol de jade tranquilo que la abuela nos va a echar”, y me lo dice bajito mientras recoge las hojas que yo he botado para que la viejuja no la escuché y nos eche, así que la veterana no sabe nada de mi adicción al arbolito, lo que es muy bueno porque hoy mi mamá no alcanzó a recoger todas las hojitas y mi abuela entró al living y las vio en el suelo y dijo “alguien se estuvo comiendo el árbol de jade, seguro que fue otra de las maldades de la Mila” ¿Saben porque se lo achacaron a ella? porque la Border es malita y hace harta tontera, así que cualquier cosa mala que descubra mi abuela en la casa va a creer que es culpa de ella y jamás va a pensar que fui yo, que soy una gatita linda que se porta bien. Por eso digo que mi mamá tiene razón cuando me dice “Melí, no hagas maldades mira por algo existe el refrán ese de “hazte fama y échate a la cama”. Y por eso la pobre Mila está sonada, porque ya se ganó (y bien ganada) su fama de malula... pobre, igual es triste que te culpen de algo que no hiciste pero no pienso decirle nada a mi abuela porque ¿para dónde nos vamos con la Conqui si nos echa de su casa? En todo caso, mi táctica sigue adelante y parece que está funcionando bien; anoche me puse en el hueco de su brazo en plan regalón cuando se metió a la cama...
“Hazte fama y échate a la cama”… ahora entiendo lo que significa: tengo que portarme bien casi siempre, cosa de que cuando me porte mal crean que fue otro y no yo quién hizo la maldad. La clave está en el “casi”… ¿cuantas maldades podré hacer a la semana sin arruinar mi fama de gatita linda? Una a la semana yo creo que está bien, puede ser el equivalente al domingo domingo de la Conqui: si ella no se baña cuando hace domingo domingo, bien puedo hacer yo una maldad ese día ¿o no? lo justo es justo.
En el living de mi abuela hay una mesa de centro de aluminio que es bien bonita; arriba tiene un par de libros, un caballo ridículo y una planta que me provoca mordisquearla siempre que puedo. Según la Conqui, se llama árbol de jade, o al menos eso creo porque cada vez que me pilla probando sus hojas con mis colmillos me dice “¡Melí! deja el árbol de jade tranquilo que la abuela nos va a echar”, y me lo dice bajito mientras recoge las hojas que yo he botado para que la viejuja no la escuché y nos eche, así que la veterana no sabe nada de mi adicción al arbolito, lo que es muy bueno porque hoy mi mamá no alcanzó a recoger todas las hojitas y mi abuela entró al living y las vio en el suelo y dijo “alguien se estuvo comiendo el árbol de jade, seguro que fue otra de las maldades de la Mila” ¿Saben porque se lo achacaron a ella? porque la Border es malita y hace harta tontera, así que cualquier cosa mala que descubra mi abuela en la casa va a creer que es culpa de ella y jamás va a pensar que fui yo, que soy una gatita linda que se porta bien. Por eso digo que mi mamá tiene razón cuando me dice “Melí, no hagas maldades mira por algo existe el refrán ese de “hazte fama y échate a la cama”. Y por eso la pobre Mila está sonada, porque ya se ganó (y bien ganada) su fama de malula... pobre, igual es triste que te culpen de algo que no hiciste pero no pienso decirle nada a mi abuela porque ¿para dónde nos vamos con la Conqui si nos echa de su casa? En todo caso, mi táctica sigue adelante y parece que está funcionando bien; anoche me puse en el hueco de su brazo en plan regalón cuando se metió a la cama...
“Hazte fama y échate a la cama”… ahora entiendo lo que significa: tengo que portarme bien casi siempre, cosa de que cuando me porte mal crean que fue otro y no yo quién hizo la maldad. La clave está en el “casi”… ¿cuantas maldades podré hacer a la semana sin arruinar mi fama de gatita linda? Una a la semana yo creo que está bien, puede ser el equivalente al domingo domingo de la Conqui: si ella no se baña cuando hace domingo domingo, bien puedo hacer yo una maldad ese día ¿o no? lo justo es justo.
(Ojalá mi abuela no vea esta foto porque me va a descubrir...)