Ir al contenido principal

A veces mi mamá me agota

Hay días en que preferiría ser huérfana, al menos por un ratito, y no es que no quiera a mi mamá, es sólo que a veces la Conqui resulta agotadora. Por ejemplo, hoy en la tarde yo estaba feliz de la vida en el jardín controlando a un pajarito que, saltando de rama en rama, cada vez estaba más cerca de mis zarpas; iba todo bien, yo estaba casi lista para dar el gran salto final y caer sobre mi primer plumífero viñamarino cuando de repente ¡zas! escucho cómo se abre la ventana de la cocina y veo la cabeza de la vieja sapa asomándose mientras me llamaba con esa voz de niño tonto que muchas veces usa para hablarme “¡hola mi guaguá! ¿qué estás haciendo?”… “tratando de cazar un pajarito vieja retamboreada”, me habría gustado responderle, pero claro, como soy gatita linda no le dije nada y me limité a mover mi cola enfurecida mientras veía escapar a mi ansiado pajarito.

Está visto que sin importar dónde estemos algunas cosas no cambian: la Conqui siempre aparece para terminar con mis ínfulas de cazadora. Jura que con los ratoncitos de mentira que me compró en el supermercado, seré feliz y dejaré de soñar con hincarle el diente a uno de verdad. Pobre vieja ingenua ¿no sabrá que la cacería está en mi naturaleza? es parte de lo que soy, de mi esencia ¡soy gata! pariente directo del Rey de la Selva, cazadora por definición ¡cazadora! ¿sabrá lo que es eso? por instinto persigo a otros animalitos ¡que agradezca que no la persiga a ella!

Vale, supongamos (y digo “supongamos”) que estoy de acuerdo con eso de que no debo cazar por mucho que vaya contra mi naturaleza, pero ¿porque coño la Conqui me habla como si yo fuera tonta? “¿Dónde estás Guaguá?” grita por la casa buscándome ¿¡guaguá?! ¿qué es eso? podría entender que dijera guagua por aquello de que los hijos nunca crecen para sus padres y la vieja loca aún piense que soy un cachorro ¿¡pero guaguá?! ¿con acento en la a? No way (estoy aprendiendo inglés), y más encima con el tonito que lo dice, unos tres decibeles más arriba de su voz normal y bien cantadito… ¿de cuál estará fumando? o tal vez plantó hierba gatera a escondidas, si es así ¡yo también quiero! Más encima, con esto de que está sin trabajo, yo soy su única entretención y pasa todo el día vigilándome qué hago, dónde estoy, qué como, qué no como, dónde duermo y me persigue a cada rato para que juegue con ella, y claro, como soy buena y le tengo cariño, me sacrifico y juego con ella para que no se aburra, pero como no encuentre pega luego ¡me va a volver loca! Debería poner un aviso en el diario, algo tipo “Si quieren salvar a una pobre gata de la locura ¡denle trabajo a mi mamá! es una vieja hinchapelotas con un corazón de oro”… ¿funcionaría?


Entradas populares de este blog

"Ser animado racional, Varón o mujer"

Ayer me dijeron que yo nunca mencionaba a los hombres y que siempre hablaba de mi mamá, mi abuela, mi tía y mis primas, todas mujeres. También me dijeron que lo más cercano que yo había estado de hablar de algún espécimen de sexo masculino, había sido cuando comentaba las tonteras que hacía el Manchi. Al principio como que me dio lo mismo la pregunta porque no entendí de qué me estaban hablando, pero igual me quedó dando vueltas y pensando en todos los humanos que conozco y con los cuales he convivido en mayor o menor grado, me di cuenta que no conozco a ningún hombre; es decir, tengo una idea de como son porque he visto algunos a la pasada, como los señores que le ponían bencina al auto con una manguerita cuando nos vinimos con mi mamá del sur o el caballero que cortaba el pasto en la casa, pero eso sería todo. Como siempre que algo despierta mi curiosidad, le pregunté a mi mamá sobre el tema pero parece que no me entendió porque se quedó muda, aunque confieso que me tinca prefirió ha

Maniobra de Heimlich

Lo confieso: he estado ociosa los últimos días, pero tengo una excusa muy buena, y es que… naaaaa, no tengo excusa posible; me podría inventar alguna, pero si algo me ha enseñado mi mamá es que mentir es malo y que uno siempre debe asumir la consecuencia de sus actos, sobre todo cuando ha metido la pata, y ella sí que sabe de meter la pata ¡si yo les contara! ¿Saben cuál fue la última? ¡Ponerle demasiado peperoncciono a la carbonada! Vieran como tosía mi abuela cuando la probó por primera vez… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! hacía la pobre vieja mientras los ojitos se le ponían brillantes tratando de retar a mi mamá por lo picante de la comida. Cómo sería el escándalo que yo estaba en el cerro e igual escuché todo el barullo y volví corriendo a la casa para ver que estaba pasando y si podía ayudar en algo, no sé, tal vez haciéndole la maniobra de Heimlich a la veterana ¡y no se rían! es tan flaquita la señora que estoy segura que si agarro vuelo y salto sobre sus pulmones, cualquier cosa que estuvi

Hoy aprendí una palabra nueva

¡Ayer en la tarde quedó la cagada! El Manchi se fue de reto bien retado. Resulta que la Conqui tenía un frasco con un mix de las flores de Bach que mi abuela le había preparado (parece que la vieja es medio bruja), y al tarado del Manchi le dio por jugar con la brujería esa. La Conqui le dijo dos veces “no”, a la tercera escondió el envase dentro de uno de los tazones del café que tiene colgando en la cocina, y el tarado del flacuchento ese, de alguna forma pilló las gotitas, sacó el frasco con su mano y ¡crash! en viaje directo al suelo… Empezaron los gritos ¡y qué gritos! ¡y que palabras! Hubo varias que busqué en el diccionario, pero la única que pillé fue “huevón” , y eso se lo dijo más de una vez antes de agarrarlo del pellejo, tirarlo para el jardín, y cerrar la puerta tan fuerte que los vidrios temblaron. Yo me asusté al menos los primeros 3 minutos, después me dio risa ver al Manchi en apuros… ¡una vez más! Según la Conqui que la luna le debe afectar el carácter, y como ayer fu