Ayer domingo no pude escribir porque me tuvieron de enfermera todo el día ¡una lata! por suerte hoy la Conqui amaneció mucho mejor y no tuve que cuidarla y pude hacer mi vida de siempre: cazar musarañas, perseguir lagartijas, esconderme en los rincones para asustar a mi abuela y las típicas cosas que hacemos las gatitas lindas.
Lo de tener que estar de enfermera fue porque a mi mamá le vino un dolor de cabeza grande tan grande que la pobre andaba dando pena por los rincones, así que su mamá (que es mi abuela, obvio) le dijo que se fuera a acostar y yo, que tengo un corazón de oro, me fui a acostar con ella para que no estuviera solita y dormitamos toda la tarde. Entre sueño y sueño, yo me acordé de mi diario y que me había comprometido a escribir todos los días, pero no quise prender el computador y molestar a mi mamá porque era tanto su dolor de cabeza que incluso la luz le molestaba; espero que no me miren feo por haberme capeado la columna de ayer sin avisar, pero como dice la gente importante, fue “por razones de fuerza mayor”.
Pero bueno, por suerte ya pasó todo y hoy ella ha andado de lo más animada, incluso salió con su mamá y a mi me dejaron solita en la casa. Igual, algo le debe haber afectado lo del dolor de cabeza porque antes de salir la Conqui me tomó en brazos y me dijo “Melí, con la abuela vamos a ir al supermercado, tú cuida la casa y cualquier cosa me avisas a mi celular”… Está loca la vieja ¿¡cómo pretende que la llame a su celular si yo no tengo!? Si quiere que la llame, primero que me compre un teléfono, mientras yo no tenga mi propio celular igual que todo el mundo, me niego a llamarla ¿Qué teja se le habrá corrido con la jaqueca de ayer?...
Lo de tener que estar de enfermera fue porque a mi mamá le vino un dolor de cabeza grande tan grande que la pobre andaba dando pena por los rincones, así que su mamá (que es mi abuela, obvio) le dijo que se fuera a acostar y yo, que tengo un corazón de oro, me fui a acostar con ella para que no estuviera solita y dormitamos toda la tarde. Entre sueño y sueño, yo me acordé de mi diario y que me había comprometido a escribir todos los días, pero no quise prender el computador y molestar a mi mamá porque era tanto su dolor de cabeza que incluso la luz le molestaba; espero que no me miren feo por haberme capeado la columna de ayer sin avisar, pero como dice la gente importante, fue “por razones de fuerza mayor”.
Pero bueno, por suerte ya pasó todo y hoy ella ha andado de lo más animada, incluso salió con su mamá y a mi me dejaron solita en la casa. Igual, algo le debe haber afectado lo del dolor de cabeza porque antes de salir la Conqui me tomó en brazos y me dijo “Melí, con la abuela vamos a ir al supermercado, tú cuida la casa y cualquier cosa me avisas a mi celular”… Está loca la vieja ¿¡cómo pretende que la llame a su celular si yo no tengo!? Si quiere que la llame, primero que me compre un teléfono, mientras yo no tenga mi propio celular igual que todo el mundo, me niego a llamarla ¿Qué teja se le habrá corrido con la jaqueca de ayer?...