No insistan, los gatitos no podemos comer chocolate, y por mucho que nos guste y pidamos un pedacito a nuestros humanos, ellos deben ser fuertes y resistirse a nuestros ojos embaucadores. Es triste porque somos golosos, pero si de verdad nos quieren, coman chocolates a escondidas de nosotros si no van a tener la fuerza de voluntad suficiente para negarse a nuestras peticiones de una “probadita”. No hay vuelta que darle: el chocolate nos mata.
El chocolate se hace de cacao, y el cacao contiene teobromina, un alcaloide estimulante del sistema nervioso central parecido a la cafeína y que es tóxico para los gatos (también para los perros). Los humanos pueden metabolizar la teobromina rápidamente y sin problemas, pero en los gatos se encuentran moléculas de ella incluso 35 horas después de haber comido chocolate. Es tan lenta la manera en que eliminamos este alcaloide de nuestro cuerpo, que si todos los días nos dieran un pedacito de chocolate, jamás lograríamos liberar a nuestro organismo de ella y terminaríamos por morir intoxicados (sobredosis que le llaman). Para que se hagan una idea: 50 milígramos de teobromina por 500 gramos de "gato" ya nos puede matar, y el chocolate de leche contiene 45 mgr. de teobromina por cada 30 gramos ¿algo más extremo? el cacao amargo del que se usa para cocinar contiene 400 milígramos de teobromina por cada 30 gramos, dósis más que suficiente para matar a un gatito (ojo ¡sólo 30 gr.!).
Si un gato ingiere la teobromina en cantidades suficientes, esta provocará la producción de epinefrina (adrenalina) una hormona que aumentará los latidos cardiacos al punto de provocar graves arritmias –entre otros varios síntomas– que terminarán por matarlo.
Algunos de los síntomas que puede presentar un gato envenenado con chocolate (teobromina):
Es muy MUY importante que no se dejen convencer por nuestros ojos tiernos cuando les pidamos chocolate, miren para otro lado e ignórenos: si de verdad nos quieren no nos darán chocolate, y se preocuparán de dejarlo bien guardado para que no nos lo podamos comer a escondidas. Recuerden, el chocolate para los gatos (y los perros) es veneno disfrazado de amor.
Por cierto: ojo con los huevitos de chocolate ahora que viene la Pascua de Resurrección, en Estados Unidos, dónde son los reyes de las estadísticas y los estudios relacionados con las mascotas, dicen que es en esa época cuando más perros y gatos mueren intoxicados por la teobromina del cacao con que fabrican todos esos deliciosos conejitos y huevitos de chocolate con que nos despertaremos el domingo 31 de marzo.
El chocolate se hace de cacao, y el cacao contiene teobromina, un alcaloide estimulante del sistema nervioso central parecido a la cafeína y que es tóxico para los gatos (también para los perros). Los humanos pueden metabolizar la teobromina rápidamente y sin problemas, pero en los gatos se encuentran moléculas de ella incluso 35 horas después de haber comido chocolate. Es tan lenta la manera en que eliminamos este alcaloide de nuestro cuerpo, que si todos los días nos dieran un pedacito de chocolate, jamás lograríamos liberar a nuestro organismo de ella y terminaríamos por morir intoxicados (sobredosis que le llaman). Para que se hagan una idea: 50 milígramos de teobromina por 500 gramos de "gato" ya nos puede matar, y el chocolate de leche contiene 45 mgr. de teobromina por cada 30 gramos ¿algo más extremo? el cacao amargo del que se usa para cocinar contiene 400 milígramos de teobromina por cada 30 gramos, dósis más que suficiente para matar a un gatito (ojo ¡sólo 30 gr.!).
Si un gato ingiere la teobromina en cantidades suficientes, esta provocará la producción de epinefrina (adrenalina) una hormona que aumentará los latidos cardiacos al punto de provocar graves arritmias –entre otros varios síntomas– que terminarán por matarlo.
Algunos de los síntomas que puede presentar un gato envenenado con chocolate (teobromina):
- Vómitos
- Diarrea
- Incontinencia urinaria
- Arritmia cardiaca
- Convulsiones
- Pérdida de conciencia
- Hemorragia interna
- Ataque cardiaco
Es muy MUY importante que no se dejen convencer por nuestros ojos tiernos cuando les pidamos chocolate, miren para otro lado e ignórenos: si de verdad nos quieren no nos darán chocolate, y se preocuparán de dejarlo bien guardado para que no nos lo podamos comer a escondidas. Recuerden, el chocolate para los gatos (y los perros) es veneno disfrazado de amor.
Por cierto: ojo con los huevitos de chocolate ahora que viene la Pascua de Resurrección, en Estados Unidos, dónde son los reyes de las estadísticas y los estudios relacionados con las mascotas, dicen que es en esa época cuando más perros y gatos mueren intoxicados por la teobromina del cacao con que fabrican todos esos deliciosos conejitos y huevitos de chocolate con que nos despertaremos el domingo 31 de marzo.