Paz y calma en el reino. Luego del round por la pastillita que no me quise tomar, la Conqui me ha dejado tranquila, pero yo no me relajo porque esa bruja es capaz de volver al ataque en cualquier momento. Puede ser que está esperando que se le sane el dedo que ayer le pinché con una de mis zarpas, porque hoy no ha hecho más que mostrármelo todo el día mientras me dice “¿viste Melí? eso me lo hiciste tú y mira cómo está ahora”… Exagerada, yo no le veo nada raro, sólo un picotón que está rojo e inflamado, pero aparte de eso nada de qué preocuparse; cuando no pueda darme mis crunchi crunchis porque no puede mover la mano, ahí sí que la cosa se pondría sería y yo podría empezar a arrepentirme de lo que le hice, pero no antes y previo haber dejado en acta que fue en defensa propia ¡ella me atacó primero!
Hoy no sonó el despertador así que flojeamos hasta tarde. Al Manchi lo echamos para afuera temprano y yo, después de comer un desayuno ligero (tres o cuatro crunchis, poquita cosa), me volví a acostar aprovechando que la Conqui se puso a leer metida en la cama. Es muy rico regalonear las dos solas, cuando el flacuchento no está; cuando ve que estamos las dos juntas, como que se pone celoso y empieza a hacer leseras, se hace el tonto y bota cosas disimuladamente pero la Conqui siempre lo pilla, y ahí comienzan los retos y gritos de la bruja que siempre termina por levantarse dejándome solita en la cama para que el otro acabe con su show. Es exigente el Manchi, como que no se da cuenta que la “hija hija” soy yo, y que él es sólo un allegado. Cuando se pone así de catete es cuando pienso en lo rico que sería tener a la Conqui para mi sola… ¿seré muy egoísta?
Sobre el viaje a Viña aún no hay nada decidido. Estuve googleando y leí que es una ciudad muuuucho más grande que Puerto Varas a la orilla del mar… ¿cómo será el mar? yo no lo conozco. Según la Conqui es como el llago Llanquihue pero millones de veces más grande, con el agua salada y siempre con olas. Además, me dijo que había harta arena en la playa, que era como una cantorita gigante… si es cierto ¡que rico debe ser eso! Si nos vamos a Viña, le voy a decir a la Conqui que me lleve a la playa porque no le creo mucho lo de la cantora gigante ¿tanta arenita en un sólo lugar? raro ¿cuantos sacos habrán necesitado? seguro que muuuuchos...
Hoy no sonó el despertador así que flojeamos hasta tarde. Al Manchi lo echamos para afuera temprano y yo, después de comer un desayuno ligero (tres o cuatro crunchis, poquita cosa), me volví a acostar aprovechando que la Conqui se puso a leer metida en la cama. Es muy rico regalonear las dos solas, cuando el flacuchento no está; cuando ve que estamos las dos juntas, como que se pone celoso y empieza a hacer leseras, se hace el tonto y bota cosas disimuladamente pero la Conqui siempre lo pilla, y ahí comienzan los retos y gritos de la bruja que siempre termina por levantarse dejándome solita en la cama para que el otro acabe con su show. Es exigente el Manchi, como que no se da cuenta que la “hija hija” soy yo, y que él es sólo un allegado. Cuando se pone así de catete es cuando pienso en lo rico que sería tener a la Conqui para mi sola… ¿seré muy egoísta?
Sobre el viaje a Viña aún no hay nada decidido. Estuve googleando y leí que es una ciudad muuuucho más grande que Puerto Varas a la orilla del mar… ¿cómo será el mar? yo no lo conozco. Según la Conqui es como el llago Llanquihue pero millones de veces más grande, con el agua salada y siempre con olas. Además, me dijo que había harta arena en la playa, que era como una cantorita gigante… si es cierto ¡que rico debe ser eso! Si nos vamos a Viña, le voy a decir a la Conqui que me lleve a la playa porque no le creo mucho lo de la cantora gigante ¿tanta arenita en un sólo lugar? raro ¿cuantos sacos habrán necesitado? seguro que muuuuchos...
(Yo soy la que está adelante con los ojitos abiertos, el ganso de atrás es el Manchi)