Hoy de nuevo me dejaron solita toda la mañana, tercer día que repiten lo mismo: madrugar, desayunar, vestirse, salir ¿y yo qué? Más encima hoy me mintieron descaradamente porque me dijeron “vamos al veterinario y volvemos” ¡y no me llevaron! Digo, las otras veces que mi mamá me ha dicho lo de ir al veterinario me metió en mi maletita, me subió al auto y me llevó dónde una señora de delantal blanco que me ponía en una mesa plateada y revisaba mis orejitas, mi hocico, la guatita, etc… así que no me digan que van al veterinario ¡yo conozco al veterinario! a no ser qué, y se me acaba de ocurrir, que los humanos también vayan al veterinario ¿podrá ser eso? y de ser así ¿a cuál de las dos le tocó? debe ser mi abuela a quién le tocó revisión de orejitas y hocico porque salió con la Conqui igual que he salido yo cuando ella me ha llevado al veterinario, aunque no entiendo que no la haya metido en una maletita… tal vez mi abuela no tenga… yo le podría prestar la mía, aunque es chica y no creo que quepa. Vamos a ver si mañana de nuevo me dejan solita…
Como lo prometido es deuda, ahora les voy a aclarar mi comentario de ayer sobre la dieta y la posibilidad que mi mamá tenga razón con eso de que debo bajar de peso: resulta que de todas las veces que me subo a mi árbol, al menos unas 3 veces me he caído de manera muy poco digna, y parece que es por los kilos de más que me tienen más torpe. Me duele confesarlo, pero empiezo a creer que mi mamá dice la verdad sobre que debo comer menos, tal vez estoy siendo injusta al enojarme con ella; al menos un par de veces al día ella agarra mi rollito y me dice “Melí, pareces botijo, si sigues engordando no vas a poder subirte al árbol” y yo me pico y para castigarla por pesada, no duermo con ella. Yo sé que no le gusta dormir solita, pero ella se las busca por decirme gordita y no darme todo el ñam ñam y crunchi crunchis que yo quiera… ¡es tan rico comer! sobre todo cuando uno ha pasado hambre como yo.
Con lo de los kilos de más y las idas al veterinario de mi abuela, me dio por pensar si a ella también la habrán encontrado gorda y la Conqui empezará a controlarle la comida, pero no lo creo porque yo le he visto cuando se sale de la ducha y se le notan los huesitos debajo de la piel y a mi no, capaz que a ella la pongan en régimen de engorda… ¡que envidia!
Como lo prometido es deuda, ahora les voy a aclarar mi comentario de ayer sobre la dieta y la posibilidad que mi mamá tenga razón con eso de que debo bajar de peso: resulta que de todas las veces que me subo a mi árbol, al menos unas 3 veces me he caído de manera muy poco digna, y parece que es por los kilos de más que me tienen más torpe. Me duele confesarlo, pero empiezo a creer que mi mamá dice la verdad sobre que debo comer menos, tal vez estoy siendo injusta al enojarme con ella; al menos un par de veces al día ella agarra mi rollito y me dice “Melí, pareces botijo, si sigues engordando no vas a poder subirte al árbol” y yo me pico y para castigarla por pesada, no duermo con ella. Yo sé que no le gusta dormir solita, pero ella se las busca por decirme gordita y no darme todo el ñam ñam y crunchi crunchis que yo quiera… ¡es tan rico comer! sobre todo cuando uno ha pasado hambre como yo.
Con lo de los kilos de más y las idas al veterinario de mi abuela, me dio por pensar si a ella también la habrán encontrado gorda y la Conqui empezará a controlarle la comida, pero no lo creo porque yo le he visto cuando se sale de la ducha y se le notan los huesitos debajo de la piel y a mi no, capaz que a ella la pongan en régimen de engorda… ¡que envidia!