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Todos deberíamos tener una

Me está gustando esto de los domingos libres, ayer me lo pasé bomba saltando por el jardín, regaloneando con la Conqui, molestando a mi abuela y jugando en mi caja.

Lo de la caja fue idea de mi abuela; hace un par de días atrás vio en televisión a una gatito que jugaba con una saltando para entrar y salir, entrar y salir, entrar y salir… No logro entender que parte le pareció entretenida de estar como tarada una tarde entera entrando y saliendo de una caja, si me hubieran preguntado yo habría dicho que me parecía bien aburrido el juego del gatito la verdad, y habría descartado de plano el tema de la caja; digo, está bien entrar y salir de la caja un par de veces, pero no es como para pasarse tardes enteras haciendo lo mismo, como que me parece un poco monótono el jueguito o al menos es lo que opino yo.

Como sea, mi abuela decreto que yo me también me podía entretener con una caja así que le tiró un par de comentarios a mi mamá que en principio no le hizo caso pero como la vieja siguió con el tema y mi mamá anda Zen, se consiguió  una caja para ver que me parecía la idea del jueguito y, más que nada, para que mi abuela se dejara de indirectas directas. ¿La verdad? contrario a lo que me esperaba, tiene su encanto eso de la caja. Debo decir que la uso no para estar entrando y saliendo como tonta todo el rato, pero sí para esconderme cuando me buscan o saltar de sorpresa cuando alguna de ellas va pasando ¡eso sí que es entretenido! sobre todo cuando ya está oscuro y hay poca luz, no falla el ¡”hay que susto!”.

Mi caja también me sirve mucho cuando juego con mi mamá: ella tiene un cordón largo que usa sólo para jugar conmigo, lo mueve por todas partes y yo lo persigo hasta que lo pillo. Cuando me cansó de perseguirlo me meto en la caja y trato de ignorar a mi mamá que siempre quiere seguir jugando: asomo mis bigotes para ver dónde está y, por lo general, ella aún quiere continuar jugando así que sigue moviendo el cordón, y claro, la tentación es más fuerte que yo y siempre pico tratando de cazarlo una vez más  y saco mi patita por entre los bordes de la caja, y salto adentro y se me da vuelta la caja y me doy vuelta y así podemos pasar muuuuucho rato.

¿Saben qué? mi abuela tuvo una buena idea con lo de la caja, debo confesar que es entretenido tener dónde esconderse y si yo fuera candidata alguna cosa, en mi plan de postulación al cargo, ofrecería caja para todos los gatitos, es más ¡debería ser un derecho constitucional!



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