Es bueno que mis humanas ayer hayan desaparecido toda la tarde porque cuando llegaron a la casa, ya entrada la noche, estaban con tal remordimiento de conciencia que no han parado de hacerme cariño, darme ñam ñam y estar pendiente de cada cosa que yo pueda querer. Como será que anoche quise entrar y salir al jardín por lo menos 5 veces ¡y 5 veces mi mamá se levantó a abrirme la puerta! y sin decirme ni una sola vez “decídete Melí que no tengo complejo de portera” , y que es lo que me dice en un día normal cada vez que le pido que me abra la puerta.
Debo confesar que ayer cuando subí mi columna estaba picada con ellas por haber desaparecido tanto rato, y tenía muchas ganas de hacer alguna maldad bien maldadosa como venganza por haberme dejado solita y sin calefacción, pero siguió pasando el rato y ellas no volvían, y como estaba lloviendo muy fuerte yo me empecé a preocupar tanto, que cuando sentí el ruido del auto y la voz de mi mamá llamándome aún antes de entrar a la casa, me olvidé de todas las ganas de venganza y me puse tan contenta que salí corriendo a esperarlas a la puerta; cuando entraron, me froté en sus piernas hasta que la Conqui me tomó en brazos y me dio haaaartos besitos, y me rascó detrás de mis orejitas y debajo de mi cuello. Después de haber estado horas esperándolas preocupada, imaginando todo tipo de tragedias, yo estaba feliz de que hubieran vuelto… Par de locas, sólo a ellas se les ocurre salir a andar en auto en medio de un temporal como el de ayer ¡no se imaginan lo fuerte que llovía en Viña! y eso que soy gatita sureña. Por cierto, creo el verbo debería ser “lluver” y no “llover”, porque lo que cae es “lluvia” y no “llovia” ¿verdad que tengo razón?