Hoy podría escribir de muchas cosas, especialmente de un chisme que tengo que incluye un video que muestra a los extremos que pueden llegar la Mila (mi prima border) y sus hermanas. De momento no ahondaré en el tema ya que mi mamá me está enseñando a editar películas, pero apenas sepa cómo hacerlo de manera relativamente decente, subiré el video y podrán ver con sus propios ojos el significado de “maltrato animal” en toda su dimensión ¿La verdad? empiezo a tenerle lástima a mi prima, aunque debo confesar que al principio la envidié porque ella tiene hermanitas para jugar y yo no.
Hermanos… Parece que yo quiero uno, voy a tener que hablar con mi mamá para que se ponga en campaña de conseguirme un hermano para jugar con él y poder pegarle a gusto cuando yo quiera. Alguna vez tuve al Manchi para jugar, pero yo sabía que antes o después la vida nos separaría así que preferí no encariñarme mucho con él para no echarlo de menos cuando ya no estuviéramos juntos, aunque mi estrategia no funcionó mucho porque todos los días me acuerdo de él por uno u otro motivo, sobre todo cuando me aburro. Algo le comenté a mi abuela de querer un hermano, pero me dijo que me olvidara del asunto porque mi mamá era indigente y no tenía platita para comprar crunchi crunchis; además, según mi abuela, para tener un hermano mi mamá primero debe conseguirse un papá, y cuando puse cara de no entender que era eso la viejuja me explicó que un papá es un humano hombre y que, se supone, se encarga de conseguir los crunchi crunchis para los hijos, los educa, juega con ellos y los regalonea; cuando mi abuela dijo lo de conseguir comidita, mi mamá la miro feo y le respondió que era una machista y que para traer crunchi crunchis a la casa no hacía falta ser hombre, si no que tener platita ¿y saben qué? la Conqui tiene razón, porque ella me tuvo soltera así que no entiendo para que necesitamos un papá para tener otro hermanito, lo único que necesitamos es juntar moneditas para poder comprar más crunchi crunchis y no tener que compartir los míos, porque hasta ahí no más llego con la idea de tener un hermanito: mi comidita es sagrada, no se toca y mucho menos se comparte. Si quiero un hermanito, voy a tener que pensar la forma de conseguir plata… algún negocio voy a inventar, ya van a ver.
Bue… a falta de hermanos para jugar, molestar y pegarles, tendré que conformarme con mi abuela: hoy en la tarde la ayudé a planchar la ropa que lavamos ayer y para variar, la vieja mala persona no agradeció mi ayuda y más encima me echó cuando me senté arriba de las cosas que estaba planchando… Confieso que eso lo hice con un poquito de maldad, pero no me pude resistir porque estaba tan calentita la ropa, que era una delicia sentarse en ella. Vieja acusete, altiro se puso a llamar a mi mamá para contarle lo que yo estaba haciendo, por suerte la Conqui estaba metida en su computador y no escuchó nada o se hizo la sorda, con ella nunca se sabe.
(Esa es la ropa que lavamos ayer, mi trabajo era vigilar que se secara bien)