No me gustan nada estos feriados a mitad de semana porque me pierdo y no sé que día es. Por ejemplo hoy que es miércoles he pasado todo el día sintiendo que es lunes luego de que ayer holgazaneé como si fuera domingo, pero resulta que no lo es ¡es miércoles porque ayer fue martes y no domingo! Si los humanos no tuvieran esa manía de etiquetar todo, yo no tendría tantos problemas y hoy sería un día más sin importar su nombre… ¡Locos! están todos locos, y yo debo estar más loca que ellos por tratar de entender su mundo cuando podría vivir tranquilamente en el mío sin otra preocupación que la de comer, dormir y otra cosa más que por pudor no escribo (sí, esa misma que están pensando y que termina en “ar”).
Pero bueno, mejor dejo de reclamar contra cosas que difícilmente podré cambiar y les cuento que anoche, luego de muchos días ¡volví a dormir con mi mamá! Sí, finalmente la Conqui entendió que yo tenía problemas con su pieza (no volveré a contar lo del fantasma de la Carlota para que no me crean loca), y anoche durmió en la cama de princesa que usó mi prima en la otra pieza, así que yo pude dormir con ella ¡feliz de la vida! aunque parece que ella no estuvo tan feliz con unos amiguitos nuevos que tengo y se rascó harto durante la noche. ¿Qué que tienen que ver mis amigos nuevos con que la Conqui se rasque? bue… no lo tengo muy claro, pero al parecer las cosas chicas que se pasean entre mis pelitos se llaman pulgas y son las culpables de que la piel me pique y yo me tenga que rascar, y como anoche dormí con mi mamá mis amigos nuevos saltaron sobre ella y también se tuvo que rascar ¿pero saben qué? estaba tan contenta de que nuevamente durmiera con ella que no me echó ni me dijo nada.
Las pulgas parece que son herencia de la Carlota, un recuerdo que le dejó a mi abuela antes de irse; yo no las conocía, parece que son típicas de climas más calurosos y dónde hay más tierra, y en Puerto Varas no es que hiciera mucho calor precisamente y era tanto el pasto que había por todas partes, que la única tierra que yo conocí fue la del camino cuando la Conqui me llevaba al veterinario, así que no me pueden acusar de pulguienta.
Por ahora, la Conqui se ha pasado el día buscando en internet distintos remedios para acabar con las pulgas heredadas: mi abuela quiere ponerme una cosa que tiene veneno, pero mi mamá no quiere porque le da susto que me pase algo cuando me lengüeteé para hacerme aseo así que está investigando algo natural tipo un baño con agua de limón y romero, sólo que no estoy muy segura de que me guste la idea de tomar un baño… Ya veremos en qué termina esta historia.