El martes se supone que es el segundo día de la semana y por más que le busco algo para que sea un día especial, no encuentro nada. Digo, los lunes son el primer día de la semana, están llenos de promesas y posibilidades; típico que mi mamá siempre dice “el lunes empiezo dieta” o “el lunes dejo de fumar” (que no haga ninguna de las dos cosas es otro tema). Los días miércoles están justo en la mitad de la semana y uno espera ansiosa que lleguen para sentir esas cosquillitas de “falta poco para el fín de semana”; así llegamos a los jueves, cuando una despierta sonriente porque “¡mañana es viernes!”; se acaba el día, te duermes, abres los ojos y saltas feliz de la cama porque es viernes, el último día de la semana y “¡mañana no se trabaja!”. Sábado y domingo no son tema porque todo el mundo los quiere… ¿ven? con los martes no pasa nada, ni se quieren ni se odian, no existen. ¿Y todo esto a pito de qué? a que hoy es martes y mi mamá y mi abuela me dejaron solita en la casa!!!! Se fueron después de almuerzo y ya son más de las 7 de la tarde y aún no vuelven así que estoy lateada sin tener a nadie a quién molestar, y cuando estoy lateada me pongo a divagar, y hoy día fue el turno de analizar los días de la semana que siempre me han intrigado como fiel reflejo de esa manía que tienen los humanos de querer controlar el tiempo en vez de disfrutarlo.
Además de divagar, en mi tarde libre de humanos he aprovechado de trabajar tranquila y sin que nadie me interrumpa, con los papeles murales de la pieza de mi abuela y el hueco de la escalera. En lo personal, encuentro que se ven mejor con el efecto “arañazo” que yo les doy, antes que lisos y ordenados como le gusta tanto a la viejuja. Ya veremos si mi trabajo es bien recibido, o mi mamá tendrá que partir con el tubo de pegamento a arreglar los efectos de mi tarde de ocio dedicada a la redecoración mural.
Tic tac tic tac tic tac 7:30 y este parcito aún no llega, ¿a dónde se habrán ido de farra? al menos me podrían haber dejado la calefacción prendida, me está empezando a dar un poquito de frío por muy espeso que sea mi abrigo de piel, así que mejor me iré a hacer pelotita dentro de mi cajita que la Conqui me la dejó con un chal rico de lana ¡Va van a ver el drama que les voy a hacer cuando vuelva ese parcito! nada que ver dejarme sola por tanto rato, con lluvia ¡y sin calefacción!