Ir al contenido principal

Aperitivo

La Conqui me sigue molestando por los dos o tres gramos que tengo de más, cada vez que puede me dice “botijo” o me esconde la comida.

Que me diga botijo me da lo mismo porque no sé qué es eso, y es de gata sabia no enojarse por lo que no se entiende, independiente del tono de chunga con que me digan las cosas. Lo que realmente me molesta, es que me esconda los crunchi crunchi. Pensé que eso era etapa superada, que ella había aprendido que la comida es sagrada y no se le esconde a las gatitas lindas como yo, pero ayer repitió la mala broma y cuando quise picar unos poquitos a la hora del aperitivo, no los encontré en mi platito.

El aperitivo es una cosa que se come antes de almuerzo; no entiendo mucho eso de comer antes de comer, pero habiendo crunchi crunchis de por medio, yo feliz. Fue idea de la Conqui lo del aperitivo, ella se puso a tomar cerveza y comer unos crunchi chunchi salados que compra a veces pero que a mi no me gustan (papas fritas parece que se llaman), y cuando yo quise acompañarla comiendo dos o tres de los míos con un poquito de agua que, por cierto, es lo único que tomo, me encontré con que mi platito no estaba.

Antes de seguir con mi drama, aprovecho de chismear un poco: el flacuchento del Manchi es seco para la cerveza, cada vez que la Conqui se distrae y deja su lata por ahí encima, él llega y trata de robársela. Ella siempre lo reta cuando lo pilla; le dice que es un borracho, que los gatitos no toman y le quita la lata, pero una vez yo lo vi que alcanzó a tomar y después se anduvo comportando medio raro, así como que se reía por cualquier cosa…. raro. A mi por suerte no me gusta la cerveza, no le encuentro ninguna gracia, es amarga, prefiero el chocolate.

Bue… Como estaba contando, también quise participar del aperitivo junto a la Conqui y cuando busque mis crunchi crunchi descubrí que no habían. Es más, por no haber ¡ni mi plato estaba! Miré a la bruja con cara de pica  y como no logré nada con eso, me acerqué a ella, le puse mis infalibles ojitos de tierna y ¡bingo! mis crunchi crunchi aparecieron como por arte de magia. Eso sí, la pesada no pudo evitar decirme “gordita mía, vas a terminar como botijo”… Pesada; que se mire al espejo antes de ponerse a comer sus papas fritas y tomar cerveza o comer chocolate… no es flacuchenta como el Manchi, es más bien gordita, como yo.

Lo más triste es que parece ya me hizo fama de “gordita”, y todos creen tener derecho a reírse de mi. Una vieja que es como medio tía mía y anda de vacaciones por no sé dónde, le mandó una foto a la Conqui y ella me la mostró muerta de la risa y yo todavía no decido si me debo ofender o no… ¿será alguna indirecta?


Entradas populares de este blog

"Ser animado racional, Varón o mujer"

Ayer me dijeron que yo nunca mencionaba a los hombres y que siempre hablaba de mi mamá, mi abuela, mi tía y mis primas, todas mujeres. También me dijeron que lo más cercano que yo había estado de hablar de algún espécimen de sexo masculino, había sido cuando comentaba las tonteras que hacía el Manchi. Al principio como que me dio lo mismo la pregunta porque no entendí de qué me estaban hablando, pero igual me quedó dando vueltas y pensando en todos los humanos que conozco y con los cuales he convivido en mayor o menor grado, me di cuenta que no conozco a ningún hombre; es decir, tengo una idea de como son porque he visto algunos a la pasada, como los señores que le ponían bencina al auto con una manguerita cuando nos vinimos con mi mamá del sur o el caballero que cortaba el pasto en la casa, pero eso sería todo. Como siempre que algo despierta mi curiosidad, le pregunté a mi mamá sobre el tema pero parece que no me entendió porque se quedó muda, aunque confieso que me tinca prefirió ha

Maniobra de Heimlich

Lo confieso: he estado ociosa los últimos días, pero tengo una excusa muy buena, y es que… naaaaa, no tengo excusa posible; me podría inventar alguna, pero si algo me ha enseñado mi mamá es que mentir es malo y que uno siempre debe asumir la consecuencia de sus actos, sobre todo cuando ha metido la pata, y ella sí que sabe de meter la pata ¡si yo les contara! ¿Saben cuál fue la última? ¡Ponerle demasiado peperoncciono a la carbonada! Vieran como tosía mi abuela cuando la probó por primera vez… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! hacía la pobre vieja mientras los ojitos se le ponían brillantes tratando de retar a mi mamá por lo picante de la comida. Cómo sería el escándalo que yo estaba en el cerro e igual escuché todo el barullo y volví corriendo a la casa para ver que estaba pasando y si podía ayudar en algo, no sé, tal vez haciéndole la maniobra de Heimlich a la veterana ¡y no se rían! es tan flaquita la señora que estoy segura que si agarro vuelo y salto sobre sus pulmones, cualquier cosa que estuvi

Hoy aprendí una palabra nueva

¡Ayer en la tarde quedó la cagada! El Manchi se fue de reto bien retado. Resulta que la Conqui tenía un frasco con un mix de las flores de Bach que mi abuela le había preparado (parece que la vieja es medio bruja), y al tarado del Manchi le dio por jugar con la brujería esa. La Conqui le dijo dos veces “no”, a la tercera escondió el envase dentro de uno de los tazones del café que tiene colgando en la cocina, y el tarado del flacuchento ese, de alguna forma pilló las gotitas, sacó el frasco con su mano y ¡crash! en viaje directo al suelo… Empezaron los gritos ¡y qué gritos! ¡y que palabras! Hubo varias que busqué en el diccionario, pero la única que pillé fue “huevón” , y eso se lo dijo más de una vez antes de agarrarlo del pellejo, tirarlo para el jardín, y cerrar la puerta tan fuerte que los vidrios temblaron. Yo me asusté al menos los primeros 3 minutos, después me dio risa ver al Manchi en apuros… ¡una vez más! Según la Conqui que la luna le debe afectar el carácter, y como ayer fu