Ir al contenido principal

3 regalos que valen hongo

Parece que la Conqui quedó con remordimiento de conciencia por haberse olvidado de mi cumpleaños, y pretendió hacerme lesa celebrándomelo ayer como si yo fuera tonta; en la mañana salió y llegó no con uno, si no que ¡con tres regalos! aunque la verdad, de los tres no se hace uno: una rueda pelotead con una campanita adentro y un par de colets (o como se escriba). Vamos a ver… ¿de verdad cree que eso reemplazará a mi juguete preferido y que ELLA me perdió? No. Como mi ratoncito verde con elástico no había, y si cree que yo no me di cuenta que haciendo aseo el otro día lo aspiró y lo dejó tan sucio que lo botó a la basura sin hacer el esfuerzo de lavarlo, está muy desubicada. Yo seré gata, pero gata ordenada, y siempre sé dónde dejo mis ratoncitos ¡aunque sean de juguete! Que juegue ella con los coleta si quiere, porque lo que es yo, no pienso.

Después de eso, quedé molesta todo el día; más encima la fresca volvió a salir en la tarde y ni siquiera pidió permiso ¿creerá que se manda sola? Lo más dome es que me tuve que quedar cuidando la casa sola hasta que volvió, porque el Manchi también se las emplumó para algún lado y no me invitó ¡pesado! Me tinca que andaban juntos porque llegaron al mismo tiempo, aunque según la Conqui yo soy la única que se ha subido al auto con ella. Igual quedé picada, así que cuando pillé una polilla y me puse a jugar con ella arriba de la cómoda, no dejé que el flacuchento jugara conmigo y lo fleté de un sólo mamporro ¡para que aprenda a no invitarme a sus paseos! y si no quería invitarme, por último se hubiera quedado conmigo cuidando la casa ¡es el hombre de la familia! o al menos eso se supone...

Entradas populares de este blog

"Ser animado racional, Varón o mujer"

Ayer me dijeron que yo nunca mencionaba a los hombres y que siempre hablaba de mi mamá, mi abuela, mi tía y mis primas, todas mujeres. También me dijeron que lo más cercano que yo había estado de hablar de algún espécimen de sexo masculino, había sido cuando comentaba las tonteras que hacía el Manchi. Al principio como que me dio lo mismo la pregunta porque no entendí de qué me estaban hablando, pero igual me quedó dando vueltas y pensando en todos los humanos que conozco y con los cuales he convivido en mayor o menor grado, me di cuenta que no conozco a ningún hombre; es decir, tengo una idea de como son porque he visto algunos a la pasada, como los señores que le ponían bencina al auto con una manguerita cuando nos vinimos con mi mamá del sur o el caballero que cortaba el pasto en la casa, pero eso sería todo. Como siempre que algo despierta mi curiosidad, le pregunté a mi mamá sobre el tema pero parece que no me entendió porque se quedó muda, aunque confieso que me tinca prefirió ha

Maniobra de Heimlich

Lo confieso: he estado ociosa los últimos días, pero tengo una excusa muy buena, y es que… naaaaa, no tengo excusa posible; me podría inventar alguna, pero si algo me ha enseñado mi mamá es que mentir es malo y que uno siempre debe asumir la consecuencia de sus actos, sobre todo cuando ha metido la pata, y ella sí que sabe de meter la pata ¡si yo les contara! ¿Saben cuál fue la última? ¡Ponerle demasiado peperoncciono a la carbonada! Vieran como tosía mi abuela cuando la probó por primera vez… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! hacía la pobre vieja mientras los ojitos se le ponían brillantes tratando de retar a mi mamá por lo picante de la comida. Cómo sería el escándalo que yo estaba en el cerro e igual escuché todo el barullo y volví corriendo a la casa para ver que estaba pasando y si podía ayudar en algo, no sé, tal vez haciéndole la maniobra de Heimlich a la veterana ¡y no se rían! es tan flaquita la señora que estoy segura que si agarro vuelo y salto sobre sus pulmones, cualquier cosa que estuvi

Hoy aprendí una palabra nueva

¡Ayer en la tarde quedó la cagada! El Manchi se fue de reto bien retado. Resulta que la Conqui tenía un frasco con un mix de las flores de Bach que mi abuela le había preparado (parece que la vieja es medio bruja), y al tarado del Manchi le dio por jugar con la brujería esa. La Conqui le dijo dos veces “no”, a la tercera escondió el envase dentro de uno de los tazones del café que tiene colgando en la cocina, y el tarado del flacuchento ese, de alguna forma pilló las gotitas, sacó el frasco con su mano y ¡crash! en viaje directo al suelo… Empezaron los gritos ¡y qué gritos! ¡y que palabras! Hubo varias que busqué en el diccionario, pero la única que pillé fue “huevón” , y eso se lo dijo más de una vez antes de agarrarlo del pellejo, tirarlo para el jardín, y cerrar la puerta tan fuerte que los vidrios temblaron. Yo me asusté al menos los primeros 3 minutos, después me dio risa ver al Manchi en apuros… ¡una vez más! Según la Conqui que la luna le debe afectar el carácter, y como ayer fu