Parece que la Conqui quedó con remordimiento de conciencia por haberse olvidado de mi cumpleaños, y pretendió hacerme lesa celebrándomelo ayer como si yo fuera tonta; en la mañana salió y llegó no con uno, si no que ¡con tres regalos! aunque la verdad, de los tres no se hace uno: una rueda pelotead con una campanita adentro y un par de colets (o como se escriba). Vamos a ver… ¿de verdad cree que eso reemplazará a mi juguete preferido y que ELLA me perdió? No. Como mi ratoncito verde con elástico no había, y si cree que yo no me di cuenta que haciendo aseo el otro día lo aspiró y lo dejó tan sucio que lo botó a la basura sin hacer el esfuerzo de lavarlo, está muy desubicada. Yo seré gata, pero gata ordenada, y siempre sé dónde dejo mis ratoncitos ¡aunque sean de juguete! Que juegue ella con los coleta si quiere, porque lo que es yo, no pienso.
Después de eso, quedé molesta todo el día; más encima la fresca volvió a salir en la tarde y ni siquiera pidió permiso ¿creerá que se manda sola? Lo más dome es que me tuve que quedar cuidando la casa sola hasta que volvió, porque el Manchi también se las emplumó para algún lado y no me invitó ¡pesado! Me tinca que andaban juntos porque llegaron al mismo tiempo, aunque según la Conqui yo soy la única que se ha subido al auto con ella. Igual quedé picada, así que cuando pillé una polilla y me puse a jugar con ella arriba de la cómoda, no dejé que el flacuchento jugara conmigo y lo fleté de un sólo mamporro ¡para que aprenda a no invitarme a sus paseos! y si no quería invitarme, por último se hubiera quedado conmigo cuidando la casa ¡es el hombre de la familia! o al menos eso se supone...
Después de eso, quedé molesta todo el día; más encima la fresca volvió a salir en la tarde y ni siquiera pidió permiso ¿creerá que se manda sola? Lo más dome es que me tuve que quedar cuidando la casa sola hasta que volvió, porque el Manchi también se las emplumó para algún lado y no me invitó ¡pesado! Me tinca que andaban juntos porque llegaron al mismo tiempo, aunque según la Conqui yo soy la única que se ha subido al auto con ella. Igual quedé picada, así que cuando pillé una polilla y me puse a jugar con ella arriba de la cómoda, no dejé que el flacuchento jugara conmigo y lo fleté de un sólo mamporro ¡para que aprenda a no invitarme a sus paseos! y si no quería invitarme, por último se hubiera quedado conmigo cuidando la casa ¡es el hombre de la familia! o al menos eso se supone...