La Conqui ayer me preguntó si me gustaría irme a vivir a Viña. Me dijo que si nos íbamos deberíamos hacer un viaje laaaaargo en auto y que viviríamos en una casa más grande pero con jardín chico, sin ratoncitos para cazar, y que ya no estaríamos las dos solas si no que viviríamos con su mamá (que vendría a ser mi abuela). También me dijo que nos iríamos las dos solas, sin el Manchi, porque el Manchi no es de ella, por eso siempre habla del allegado.
Está complicada la Conqui, yo lo noto porque anda más regaloneadora que nunca. Cada vez que puede me agarra en brazos y me da hartos besos bien ruidosos que a mi me cargan, pero yo me dejo porque me doy cuenta que, alguna manera, ella me está diciendo que pase lo que pase siempre voy a estar con ella, y eso me gusta porque de chica me dejaron botada y pasé hambre, y frío y estuve solita, y es triste estar solita sin tener a nadie que te regaloneé ni se preocupe por ti.
El Manchi es de acá, él es dueño del terreno y su “mamá” vive en la casa que hay cerca; es una niñita que lo quiere harto aunque le de poca bola y sus papás no la dejen meterlo a la casa todos los días. La Conqui dice que él es un fresco y se viene a quedar con nosotras porque sabe que aquí siempre le dan comida y lo dejan dormir adentro de la casa, arriba de la cama o dónde quiera, pero por muy acostumbrado que esté a nosotras no se puede venir a Viña, o a dónde nos vayamos, si es que nos vamos a alguna parte. Además, la Conqui dice que si nos vamos a dónde ella dice, el Manchi lo pasaría mal porque hay menos espacio para correr y menos árboles para trepar; dice que él tiene su vida acá por mucha pena que le de “dejarlo”, que él es gato “salvaje” y no una mamona que vive pegada a los tobillos de su mamá como yo. Si nos vamos, me daría lata no tener al Manchi para pegarle y hacerle fuuuu cuando quiera… Simpático el flacuchento dentro de todo, nunca me pegó a pesar de ser yo quién llegó después a invadir su “territorio”, ojalá no nos eche mucho de menos si es que nos vamos.
Pobre Conqui, no me gustaría estar en su lugar y tener que decidir qué hacer. Para mí es harto más fácil, yo como, duermo, uso mi cantora, juego y voy para dónde mi mamá me lleve… ¡eso es vida!
Está complicada la Conqui, yo lo noto porque anda más regaloneadora que nunca. Cada vez que puede me agarra en brazos y me da hartos besos bien ruidosos que a mi me cargan, pero yo me dejo porque me doy cuenta que, alguna manera, ella me está diciendo que pase lo que pase siempre voy a estar con ella, y eso me gusta porque de chica me dejaron botada y pasé hambre, y frío y estuve solita, y es triste estar solita sin tener a nadie que te regaloneé ni se preocupe por ti.
El Manchi es de acá, él es dueño del terreno y su “mamá” vive en la casa que hay cerca; es una niñita que lo quiere harto aunque le de poca bola y sus papás no la dejen meterlo a la casa todos los días. La Conqui dice que él es un fresco y se viene a quedar con nosotras porque sabe que aquí siempre le dan comida y lo dejan dormir adentro de la casa, arriba de la cama o dónde quiera, pero por muy acostumbrado que esté a nosotras no se puede venir a Viña, o a dónde nos vayamos, si es que nos vamos a alguna parte. Además, la Conqui dice que si nos vamos a dónde ella dice, el Manchi lo pasaría mal porque hay menos espacio para correr y menos árboles para trepar; dice que él tiene su vida acá por mucha pena que le de “dejarlo”, que él es gato “salvaje” y no una mamona que vive pegada a los tobillos de su mamá como yo. Si nos vamos, me daría lata no tener al Manchi para pegarle y hacerle fuuuu cuando quiera… Simpático el flacuchento dentro de todo, nunca me pegó a pesar de ser yo quién llegó después a invadir su “territorio”, ojalá no nos eche mucho de menos si es que nos vamos.
Pobre Conqui, no me gustaría estar en su lugar y tener que decidir qué hacer. Para mí es harto más fácil, yo como, duermo, uso mi cantora, juego y voy para dónde mi mamá me lleve… ¡eso es vida!