Anda rara la Conqui hoy día, tal vez sea porque con el Manchi nos pusimos a molestar temprano en la mañana, aunque fue él quién empezó porque se puso a cargosear poco antes de las 7, y ella se levantó de un salto diciendo “¡hoy es domingo!” y sin pensarlo dos veces ¡zas! puerta afuera. Ahí yo caché que la misia andaba poco tolerante… ¿sería porque es domingo y los domingos le gusta dormir hasta tarde?
La verdad es que con el Manchi aún no tenemos muy claro eso de los días de la semana y para nosotros un día es tan bueno como el otro sin importar como se llame… Harto raros los humanos ¿para qué servirá ponerle nombre a los días? yo nunca sé si es lunes, jueves o domingo, sólo sé que quiero mis crunchi crunchi y agua fresca todas las mañanas, quiero que la Conqui me regaloneé, me rasque debajo del cuello y juegue conmigo. Si puedo conseguirme un ratón, ese será el día del ratón, y si me consigo un pajarito, será el día del pajarito, y si aprendo a maullar, será el día en que aprendí a maullar, pero ¿lunes? no sé qué significa lunes, un día es tan bueno como el otro para pasarlo bien y hacer lo que me de la gana: si tengo ganas de flojear lo hago, y no espero a que sea sábado o domingo como hace la Conqui.
Hay otros días que son más raros, esos se llaman “feriados”. Los feriados son cuando es lunes pero puedes flojear como si fuera domingo. El último feriado no me gustó mucho porque justo la noche antes hubo harto ruido como de truenos pero no eran truenos porque sonaban más largo y sin parar “¡bummm bummmm ropopopunnn!” y así por harto rato. El cielo se llenó con luces de colores y era raro ver todo iluminado a esa hora. Algo grave debe haber pasado… por suerte la Conqui estaba conmigo así que la acompañé para afuera a ver que pasaba, ella se llevó una botella por si le daba sed y se la tomó casi toda; en algo deben haberle afectado las luces y los ruidos porque cuando volvimos a la casa nos dijo “¡feliz año Melí! ¡feliz año Manchi!” y nos agarró a los dos a besos mientras nos hablaba con la lengua trabada… Raros los feriados.
Dice la Conqui que los días de la semana son siete, pero yo no sé cuanto es siete; eso de los números es algo que no entiendo, tal vez me servirían para contar mis crunchi crunchi, pero yo sé muy bien cuando son pocos o son muchos sin necesidad de contarlos: son pocos cuando me los como todos y quiero más, y son muchos cuando como hasta quedar con la guata llenita y aún quedan en mi platito. Fácil.
La verdad es que con el Manchi aún no tenemos muy claro eso de los días de la semana y para nosotros un día es tan bueno como el otro sin importar como se llame… Harto raros los humanos ¿para qué servirá ponerle nombre a los días? yo nunca sé si es lunes, jueves o domingo, sólo sé que quiero mis crunchi crunchi y agua fresca todas las mañanas, quiero que la Conqui me regaloneé, me rasque debajo del cuello y juegue conmigo. Si puedo conseguirme un ratón, ese será el día del ratón, y si me consigo un pajarito, será el día del pajarito, y si aprendo a maullar, será el día en que aprendí a maullar, pero ¿lunes? no sé qué significa lunes, un día es tan bueno como el otro para pasarlo bien y hacer lo que me de la gana: si tengo ganas de flojear lo hago, y no espero a que sea sábado o domingo como hace la Conqui.
Hay otros días que son más raros, esos se llaman “feriados”. Los feriados son cuando es lunes pero puedes flojear como si fuera domingo. El último feriado no me gustó mucho porque justo la noche antes hubo harto ruido como de truenos pero no eran truenos porque sonaban más largo y sin parar “¡bummm bummmm ropopopunnn!” y así por harto rato. El cielo se llenó con luces de colores y era raro ver todo iluminado a esa hora. Algo grave debe haber pasado… por suerte la Conqui estaba conmigo así que la acompañé para afuera a ver que pasaba, ella se llevó una botella por si le daba sed y se la tomó casi toda; en algo deben haberle afectado las luces y los ruidos porque cuando volvimos a la casa nos dijo “¡feliz año Melí! ¡feliz año Manchi!” y nos agarró a los dos a besos mientras nos hablaba con la lengua trabada… Raros los feriados.
Dice la Conqui que los días de la semana son siete, pero yo no sé cuanto es siete; eso de los números es algo que no entiendo, tal vez me servirían para contar mis crunchi crunchi, pero yo sé muy bien cuando son pocos o son muchos sin necesidad de contarlos: son pocos cuando me los como todos y quiero más, y son muchos cuando como hasta quedar con la guata llenita y aún quedan en mi platito. Fácil.