Hoy tuvimos un mal despertar por culpa del Manchi. Yo no sé qué le pasa, pero por más que la Conqui lo ha retado, gritado y echado, él no entiende (o no quiere entender) que las 06:00 AM es pésima hora para ponerse a maullarle en la oreja, o pasar por arriba de su cara con la cola bien parada o empezar a jugar con sus gotas para los ojos o las flores de Bach. La verdad es que las 06:00 es pésima hora para cualquier cosa que no sea dormir, ¡sobre todo si es domingo!
Hoy la jarana empezó a las 06:15, “miauuuu miauuuu” decía el tarado, yo altiro me desperté a ver qué pasaba… la Conqui abrió un ojo, dijo “sssshtttt”, se dió media vuelta y pretendió seguir durmiendo… el Manchi no entendió la indirecta y volvió a sus maullidos, esta vez paseando por sobre la almohada de ella con la cola bien parada… otro “ssshttt” y un “anda a dormir o te voy a echar aunque esté lloviendo” acompañado de un manotazo de la Conqui que lo alejó de su cabeza, terminaron con el catee de mi pseudo hermano en el suelo. Ahí arremetió contra la alfombra, agarró una esquina con sus manos y al mismo tiempo que la mordía, la arañaba con sus patas traseras. La Conqui no dijo nada y se tapó la cabeza con la almohada.
Pasaron algunos con el Manchi tratando de llamar la atención de la Conqui con la alfombra, pero como ella no le hizo caso él saltó sobre su velador y se puso a empujar todo lo que pilló arriba… esa fue la gota que colmó el vaso: mi mamá se levantó de un salto refunfuñando algo como “gato hinchapelotas” (en las mañanas, no se le entiende mucho porque se pone una cosa en la boca para dormir), y agarrando al Manchi lo llevó hasta la puerta y ¡zas! para fuera ¡con lluvia y todo! Por tonto le pasa. Con él afuera, nos volvimos a la cama; como estábamos solas las dos yo aproveché y me acurruqué en el hueco de su brazo.
Fue poco lo que alcanzamos a dormir, no había pasado ni media hora que el Manchi se puso a maullar en la puerta; como nadie le fue a abrir, empezó a arañarla.
Esa maniobra le resultó, la Conqui se levantó a abrirle y al verlo entrar todo mojado se le pasó la rabia, le llenó el plato de comida y empezó a secarlo. Entre pitos y flautas, ya eran las 08:00 AM así que mientras nosotros hacíamos crunch crunch sobre nuestros platos de Hello Kitty, ella se puso a tomar café.
Hoy la jarana empezó a las 06:15, “miauuuu miauuuu” decía el tarado, yo altiro me desperté a ver qué pasaba… la Conqui abrió un ojo, dijo “sssshtttt”, se dió media vuelta y pretendió seguir durmiendo… el Manchi no entendió la indirecta y volvió a sus maullidos, esta vez paseando por sobre la almohada de ella con la cola bien parada… otro “ssshttt” y un “anda a dormir o te voy a echar aunque esté lloviendo” acompañado de un manotazo de la Conqui que lo alejó de su cabeza, terminaron con el catee de mi pseudo hermano en el suelo. Ahí arremetió contra la alfombra, agarró una esquina con sus manos y al mismo tiempo que la mordía, la arañaba con sus patas traseras. La Conqui no dijo nada y se tapó la cabeza con la almohada.
Pasaron algunos con el Manchi tratando de llamar la atención de la Conqui con la alfombra, pero como ella no le hizo caso él saltó sobre su velador y se puso a empujar todo lo que pilló arriba… esa fue la gota que colmó el vaso: mi mamá se levantó de un salto refunfuñando algo como “gato hinchapelotas” (en las mañanas, no se le entiende mucho porque se pone una cosa en la boca para dormir), y agarrando al Manchi lo llevó hasta la puerta y ¡zas! para fuera ¡con lluvia y todo! Por tonto le pasa. Con él afuera, nos volvimos a la cama; como estábamos solas las dos yo aproveché y me acurruqué en el hueco de su brazo.
Fue poco lo que alcanzamos a dormir, no había pasado ni media hora que el Manchi se puso a maullar en la puerta; como nadie le fue a abrir, empezó a arañarla.
Esa maniobra le resultó, la Conqui se levantó a abrirle y al verlo entrar todo mojado se le pasó la rabia, le llenó el plato de comida y empezó a secarlo. Entre pitos y flautas, ya eran las 08:00 AM así que mientras nosotros hacíamos crunch crunch sobre nuestros platos de Hello Kitty, ella se puso a tomar café.
(La culpa no es del chancho si no de quién le da el afrecho)