Hoy pensaba contarles que me quedé toda la mañana afuera mientras la Conqui fue a sus reuniones, pero mejor chismeo sobre el reto que se acaba de llevar el Manchi: por 1era vez vi a la Conqui enojada de verdad.
Después de la siesta, el tipo amaneció algo catee y se puso a hinchar a punta de maullidos y trepándose a todas partes. en eso estaba cuando se subió a la cómoda y se puso a jugar con unas cosas rojas que la Conqui tiene ahí de adorno. Yo escuché como le decían “Manchi no”, “sal de ahí Manchi”, y así varias veces pero el otro (como buen gato) no hizo caso. La pudo haber sacado barata, pero tuvo la mala idea de ponerse a empujar una de las cosas rojas con su mano hasta que la tiró de la cómoda y pasó lo que pasó:
¡Ni se imaginan los gritos de la Conqui! lo retó bien retado, lo agarro de un ala, le pegó un par de palmadas y lo hecho para afuera. El Manchi volvió a entrar y ella lo volvió a echar, estaba de verdad enojada. Para solidarizar con ella, yo también me enojé con él y le pegué un par de zarpazos, con eso logré que saliera de la casa, y yo me puse detrás de la puerta a vigilar que no entrara de nuevo: cada vez que trataba de entrar ¡zarpazo! estuve un buen rato así hasta que se fue y me pude venir a escribir...
Después de la siesta, el tipo amaneció algo catee y se puso a hinchar a punta de maullidos y trepándose a todas partes. en eso estaba cuando se subió a la cómoda y se puso a jugar con unas cosas rojas que la Conqui tiene ahí de adorno. Yo escuché como le decían “Manchi no”, “sal de ahí Manchi”, y así varias veces pero el otro (como buen gato) no hizo caso. La pudo haber sacado barata, pero tuvo la mala idea de ponerse a empujar una de las cosas rojas con su mano hasta que la tiró de la cómoda y pasó lo que pasó:
(cerámica de Limoges herencia de la abuelita de la Conqui)
¡Ni se imaginan los gritos de la Conqui! lo retó bien retado, lo agarro de un ala, le pegó un par de palmadas y lo hecho para afuera. El Manchi volvió a entrar y ella lo volvió a echar, estaba de verdad enojada. Para solidarizar con ella, yo también me enojé con él y le pegué un par de zarpazos, con eso logré que saliera de la casa, y yo me puse detrás de la puerta a vigilar que no entrara de nuevo: cada vez que trataba de entrar ¡zarpazo! estuve un buen rato así hasta que se fue y me pude venir a escribir...
(Me tinca que a la Conqui le gustó mi ayuda porque la escuché reirse)
*Frisca: zurra, tunda