Ir al contenido principal

Esa extraña caja que hace ruido

Anoche descubrí una cosa que se llama televisión; es una caja rectangular de la que sale ruido y dónde las personas y animales son chiquititos, no huelen y caminan detrás de un cristal. Es bien raro la verdad…

Yo veía todas las noches como la Conqui se metía a la cama, tomaba una cosa llena de botones en su mano y empezaba a salir ruido de alguna parte, pero nunca había hecho mucho caso porque estaba más preocupada de defender mi metro cuadrado del Manchi que siempre se quiere apoderar del mejor lugar para dormir en la cama (el mejor lugar es cerca de la cadera de la Conqui, cosa que ella alcanza a rascarme las orejitas con su mano), pero anoche me distraje con unos maullidos raros que no supe que eran ni de dónde salían, hasta que vi esa cosa rectangular ¡de ahí venían! Me acerqué despacio a ver qué pasaba; primero vi muchos colores, verde sobre todo, y algo parecido a un gato pero con barba y pelo largo, así como con pinta de hippie. Me asusté, di un saltó para atrás por si se me venía encima, pero no pasó nada así que volví a acercarme despacio tratando de captar algún olor que me ayudará a identificar qué cosa era eso que estaba viendo. Llegué tan cerca que podía tocarlo, y cuando vi que no me pasaba nada es lo que hice, con mi mano derecha traté de agarrar alguno de esos pelos largos para ver si así podía olerlo y no pude!!! por más que traté mi zarpa chocaba con el vidrio ¡rarísimo! Ahí recién le presté atención a la Conqui que se estaba riendo como loca y ¡era de mi que se reía! Yo tengo mi dignidad así que camine con cara de “aquí no pasa nada” y me senté a un lado de la caja con cara de concentrada tratando de entender que era lo que estaba pasando.

Cuando la Conqui dejó de reírse, se levantó, me tomó en brazos y me acostó al lado de ella. Mientras me acariciaba para calmarme me contó que esa caja se llamaba televisión y que servía para entretenerse o quedarse dormida, y algunas veces también servía para saber qué pasaba en el mundo y aprender cosas (aunque cada vez menos). También me contó que el hippie de barba y melena que había despertado mi curiosidad por hacer un ruido parecido a mis maullidos, era un león, y que eso que yo había escuchado se llamaban rugidos. También me contó que el león era pariente mío porque era un felino como yo… ¿familiar mío ese melenudo con cara de hediondo? no me la creo, no se parece para nada al Manchi, y mucho menos a la Conqui y ellos sí que son mi familia.

Entradas populares de este blog

"Ser animado racional, Varón o mujer"

Ayer me dijeron que yo nunca mencionaba a los hombres y que siempre hablaba de mi mamá, mi abuela, mi tía y mis primas, todas mujeres. También me dijeron que lo más cercano que yo había estado de hablar de algún espécimen de sexo masculino, había sido cuando comentaba las tonteras que hacía el Manchi. Al principio como que me dio lo mismo la pregunta porque no entendí de qué me estaban hablando, pero igual me quedó dando vueltas y pensando en todos los humanos que conozco y con los cuales he convivido en mayor o menor grado, me di cuenta que no conozco a ningún hombre; es decir, tengo una idea de como son porque he visto algunos a la pasada, como los señores que le ponían bencina al auto con una manguerita cuando nos vinimos con mi mamá del sur o el caballero que cortaba el pasto en la casa, pero eso sería todo. Como siempre que algo despierta mi curiosidad, le pregunté a mi mamá sobre el tema pero parece que no me entendió porque se quedó muda, aunque confieso que me tinca prefirió ha

Maniobra de Heimlich

Lo confieso: he estado ociosa los últimos días, pero tengo una excusa muy buena, y es que… naaaaa, no tengo excusa posible; me podría inventar alguna, pero si algo me ha enseñado mi mamá es que mentir es malo y que uno siempre debe asumir la consecuencia de sus actos, sobre todo cuando ha metido la pata, y ella sí que sabe de meter la pata ¡si yo les contara! ¿Saben cuál fue la última? ¡Ponerle demasiado peperoncciono a la carbonada! Vieran como tosía mi abuela cuando la probó por primera vez… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! hacía la pobre vieja mientras los ojitos se le ponían brillantes tratando de retar a mi mamá por lo picante de la comida. Cómo sería el escándalo que yo estaba en el cerro e igual escuché todo el barullo y volví corriendo a la casa para ver que estaba pasando y si podía ayudar en algo, no sé, tal vez haciéndole la maniobra de Heimlich a la veterana ¡y no se rían! es tan flaquita la señora que estoy segura que si agarro vuelo y salto sobre sus pulmones, cualquier cosa que estuvi

Hoy aprendí una palabra nueva

¡Ayer en la tarde quedó la cagada! El Manchi se fue de reto bien retado. Resulta que la Conqui tenía un frasco con un mix de las flores de Bach que mi abuela le había preparado (parece que la vieja es medio bruja), y al tarado del Manchi le dio por jugar con la brujería esa. La Conqui le dijo dos veces “no”, a la tercera escondió el envase dentro de uno de los tazones del café que tiene colgando en la cocina, y el tarado del flacuchento ese, de alguna forma pilló las gotitas, sacó el frasco con su mano y ¡crash! en viaje directo al suelo… Empezaron los gritos ¡y qué gritos! ¡y que palabras! Hubo varias que busqué en el diccionario, pero la única que pillé fue “huevón” , y eso se lo dijo más de una vez antes de agarrarlo del pellejo, tirarlo para el jardín, y cerrar la puerta tan fuerte que los vidrios temblaron. Yo me asusté al menos los primeros 3 minutos, después me dio risa ver al Manchi en apuros… ¡una vez más! Según la Conqui que la luna le debe afectar el carácter, y como ayer fu